Israel inició este martes la deportación de doce activistas propalestinos, entre ellos ciudadanos de países europeos y latinoamericanos, tras interceptar en el mar Mediterráneo el velero Madleen, que intentaba llegar a la Franja de Gaza con ayuda humanitaria.
Entre los deportados se encuentra la activista climática sueca Greta Thunberg, quien aceptó voluntariamente la expulsión y fue trasladada a Francia, según confirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel. Junto a ella también fueron deportados el español Sergio Toribio y otros dos activistas, sumando un total de cuatro salidas voluntarias.
Los ocho activistas restantes, de nacionalidades francesa, alemana, brasileña, turca y neerlandesa, decidieron impugnar la medida ante la justicia israelí. Según la organización legal Adalah, que representa a varios de los detenidos, “se espera que sean presentados esta mañana ante el Tribunal de Revisión de Detenciones por Inmigración”.
El velero Madleen, parte de la Coalición de la Flotilla de la Libertad, fue interceptado el lunes por dos embarcaciones de la Marina israelí y escoltado hasta el puerto de Ashdod. De acuerdo con Adalah, la embarcación se encontraba en aguas internacionales en el momento de su intercepción, lo que —según el grupo— constituye una violación del derecho internacional.
Los activistas afirmaron que su misión era estrictamente civil y tenía como propósito romper el bloqueo impuesto por Israel sobre Gaza. Aunque el gobierno israelí no ha respondido a las acusaciones de ilegalidad, reiteró que considera el bloqueo una medida necesaria por motivos de seguridad nacional.
Esta operación ocurre en un contexto de tensiones crecientes en la región y reaviva el debate internacional sobre el acceso humanitario a Gaza y la legalidad del bloqueo naval israelí. Diversos grupos de derechos humanos han exigido una investigación independiente sobre la intercepción del Madleen y el tratamiento de sus ocupantes.
