Multitudes masivas tomaron este domingo las calles del centro de Los Ángeles en respuesta a las redadas migratorias recientes llevadas a cabo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), lo que llevó al Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) a declarar una alerta táctica en toda la ciudad y a catalogar como “reunión ilegal”una de las principales concentraciones frente al Federal Building de la calle Temple.
La jornada estuvo marcada por enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad. Los protestantes, en su mayoría miembros de comunidades latinas y defensores de los derechos de los migrantes, bloquearon avenidas principales y el acceso a la autopista US‑101 a la altura del centro cívico. Portaban pancartas con leyendas como “Ningún ser humano es ilegal” y “ICE fuera de LA”, y exigían el fin inmediato de las detenciones arbitrarias.
La tensión escaló cuando unidades del LAPD, en coordinación con agentes federales del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), intentaron dispersar a los asistentes utilizando gases lacrimógenos, balas de goma, granadas aturdidoras y pelotas de pimienta. Testigos reportaron al menos dos policías heridos y una docena de detenciones. En uno de los puntos más álgidos, manifestantes incendiaron una patrulla autónoma de la empresa Waymo y vandalizaron mobiliario urbano.
Los disturbios se dan en un contexto de creciente presión federal. La administración del presidente Donald Trump ha intensificado las redadas en ciudades consideradas “santuarios” para migrantes, como Los Ángeles. El viernes pasado, ICE arrestó a 44 personas en operativos simultáneos en Westlake, Boyle Heights y el distrito de la moda. Como respuesta, Trump ordenó el despliegue de 2 000 efectivos de la Guardia Nacional a instalaciones federales sin consultar al gobernador de California, Gavin Newsom.
El mandatario estatal calificó la decisión como “una provocación deliberada que pone en riesgo la paz social en California”.
A su vez, la alcaldesa Karen Bass declaró que “militarizar las calles no es la solución” y pidió calma a los manifestantes, exhortándolos a no caer en actos violentos.
En una declaración que ha encendido aún más el debate, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, advirtió que “no se descarta” el uso de marines si las protestas siguen escalando. Esta sería la primera vez desde 1992 —durante los disturbios por el caso Rodney King— que se contempla el uso de fuerzas armadas para controlar protestas civiles en la ciudad.
Mientras tanto, el LAPD mantiene desplegados refuerzos en todo el centro angelino y ha extendido la alerta táctica por tiempo indefinido. El vocero del cuerpo policial afirmó que seguirán “respondiendo con firmeza a cualquier acto de violencia” y que “la prioridad sigue siendo la seguridad de los ciudadanos”.
Diversos colectivos han convocado nuevas manifestaciones para el lunes, en lo que podría convertirse en una semana crítica para la estabilidad de la ciudad. Líderes comunitarios, iglesias y organizaciones civiles han pedido que las protestas se mantengan pacíficas, pero advierten que el enojo acumulado es profundo y no desaparecerá sin una respuesta política clara desde Washington.
Los Ángeles, una ciudad con más de un millón de migrantes indocumentados, se encuentra así en el centro de una nueva crisis nacional, mientras el país se polariza aún más en torno a la política migratoria de la administración federal.
🇺🇸 | URGENTE: Multitudes masivas inundan las calles de Los Ángeles mientras el Departamento de Policía de Los Ángeles declara una alerta táctica en toda la ciudad y anuncia una reunión ilegal en el centro en medio de una creciente violencia. pic.twitter.com/CJAlkCxqkN
— Alerta News 24 (@AlertaNews24) June 8, 2025
