El término “infodemia” se refiere a una cantidad abundante de información -en la mayoría de los casos falsas-, que provoca que las personas encuentren fuentes y orientación confiables cuando las requieren.
Un caso muy famoso es la pandemia actual, que conforme fue avanzando, se fue recibiendo más información de parte de muchos medios, incluidos rumores e información no verídica.
¿Qué es la desinformación?
La desinformación es la información falsa con el único objetivo de engañar.
La mayoría de la desinformación está basada en conspiraciones y teorías que se introducen o incluyen en mucha de esa información.
La desinformación ha ido aumentando debido a la cantidad de usuarios con acceso a teléfonos móviles e internet, ya que es ahí donde se propagan todos estos artículos que provienen de fuentes no confiables. Muchos usuarios replican esta información y la comparten con más personas, lo que provoca miedo, confusión y desinformación masiva.
¿De qué manera la infodemia puede empeorar una situación?
De primera instancia, dificulta que las personas e incluso el personal médico, encuentren fuentes verídicas y confiables sobre algún tema en específico.
También provoca que algunas personas puedan sufrir ansiedad, depresión, agotamiento emocional, estrés y sentirse indispuestas para satisfacer necesidades importantes.
De igual manera, afecta en la toma de decisiones cuando se esperan respuestas inmediatas.
Actualmente, los usuarios con acceso a internet que buscan información sobre algún tema esperan fuentes confiables, información sobre lo que pasa en el mundo, anuncios sobre temas generales, datos sobre casos confirmados y noticias locales e internacionales.
¿De qué manera podemos contribuir en la lucha contra la infodemia en la actualidad?
Es importante confiar en los datos y noticias que da la OMS (Organización Mundial de la Salud), compartir noticias e información de fuentes verídicas y confiables, evita propagar las noticias falsas, determina si la información que estás leyendo tiene sentido y no se basa en conspiraciones, participa de manera responsable en las conversaciones sociales, corrobora la información, -principalmente de WhatsApp y Facebook-, intercambia información de manera responsable, y, por último, sigue aprendiendo de cuentas y fuentes confiables.
Es importante contar con plena seguridad al momento de compartir información, por lo que también es recomendable replantearnos ciertas preguntas: “¿por qué quiero compartir esa información?”, “¿qué me asegura que la fuente es confiable?”, “¿de qué manera contribuye esa información a las personas a quienes se las estoy compartiendo?”. Si se tienen respuestas claras ante estas preguntas, entonces es responsable compartirlo.