La noche del 15 de septiembre de 2025 quedará marcada en la memoria nacional. Claudia Sheinbaum, primera mujer presidenta de México, salió con firmeza, gallardía y gran personalidad al balcón central de Palacio Nacional para encabezar su primer Grito de Independencia frente a más de 150 mil asistentes, más todo el país vía medios de comunicación y redes sociales. Más que un homenaje al pasado, el Grito fue un mensaje hacia el presente. El gesto fue histórico no sólo por el hecho de romper una tradición de 214 años encabezada por hombres, sino también por el énfasis que dio a las mujeres que contribuyeron a forjar nuestra querida nación mexicana.
En su arenga, Sheinbaum invocó a Josefa Ortiz —mencionándola por su apellido de soltera— Téllez Girón, a Leona Vicario, a Gertrudis Bocanegra y a Manuela Medina, además de a las heroínas anónimas y a los pueblos originarios. La decisión no fue menor: con ello envió un mensaje político y simbólico de reivindicación, ampliando la narrativa histórica hacia la inclusión de quienes durante mucho tiempo fueron invisibilizadas en los relatos patrios. El momento fue reforzado por la escolta femenina del Heroico Colegio Militar que le entregó el lábaro patrio. Una escena que, de manera natural, reflejó el cambio de época que vive el país: las mujeres no sólo están presentes en la historia, también ahora lideran los espacios más altos de la vida pública.
Algo muy pero muy importante en su Grito fueron las referencias a la soberanía nacional y a la fraternidad con nuestros hermanos y hermanas migrantes. Hay que recordar que los migrantes mexicanos en EE.UU. son 39.9 millones, según datos de BBVA Research. Los migrantes envían a México aproximadamente 64.7 mil millones de dólares, que al tipo de cambio de hoy (19 de septiembre de 2025, considerando alrededor de 18.05 MXN/USD) equivalen a cerca de 1.16 billones de pesos mexicanos. Esto equivale al 10% del presupuesto de la nación, que son 10.2 billones de pesos, y ese dinero lo recibe el 20% de las familias mexicanas y de eso viven; es decir, de los 130.9 millones de mexicanos, 26 millones de mexicanos viven y subsisten del dinero enviado por nuestros hermanos y hermanas migrantes. Por ello, fue un gran acierto hacer mención a nuestros queridos hermanos y hermanas migrantes en el Grito, que es el evento más importante del país.
Más allá de la pirotecnia y el júbilo popular, este Grito tiene un lugar asegurado en los anales de la historia de nuestra patria. Fue el eco de las campanas de Dolores resonando con una voz femenina que, a más de dos siglos, añadió un nuevo capítulo a la tradición cívica más importante de México. El Grito histórico de una gran mujer, Claudia Sheinbaum, que, para mí, este Grito fue el más emotivo de toda la historia del país. Mientras oía los “¡Viva México!” sentí una emoción que casi me sacó las lágrimas de emoción al ver a una mujer expresar con toda la energía de su voz el amor por nuestro querido México.
Muchas gracias por leernos.
Su amigo Conde,
Daniel Conde