El Paquete Económico 2026 presentado por la Secretaría de Hacienda muestra un Presupuesto de Egresos (PPEF 2026) neto total de 10.1937 billones de pesos, lo cual representa un incremento nominal cercano al 5.9 % respecto al presupuesto del 2025, se proyectan Ingresos por aproximadamente 8.7 billones de pesos, proyecta una reducción del déficit fiscal del 4.32 % al 4.10 % del PIB, esto debido a que impulsa la recaudación a través de impuestos estratégicos, nuevos “impuestos saludables” (bebidas azucaradas, tabaco, videojuegos violentos), y mayor fiscalización a la banca “Fintech” ,es decir, todo lo que se refiere al uso de la tecnología para ofrecer y optimizar servicios financieros, como pagos digitales, inversiones automatizadas y préstamos a través de aplicaciones digitales (Apps). Se proyecta un crecimiento económico de 2.8 %. Con esto México busca transmitir estabilidad y confianza en un entorno internacional volátil.
En un momento en que varias economías emergentes enfrentan presiones por deuda, inflación y tipos de interés elevados, el hecho de que México plantee una trayectoria descendente en su déficit es una señal positiva para inversionistas, calificadoras y organismos internacionales. Esto puede contribuir a mantener el grado de inversión, facilitar la colocación de bonos soberanos y contener presiones en el tipo de cambio.
Otro aspecto favorable es la apuesta por mantener la continuidad de los programas sociales, que aseguran un piso de consumo interno. En un país donde casi el 70 % del PIB depende de la demanda interna, esta política contracíclica puede blindar a México frente a una eventual desaceleración de Estados Unidos o a los impactos de la guerra comercial con Asia.
La inclusión de nuevos impuestos a productos como refrescos, nicotina y videojuegos, aunque polémica, tiene un doble beneficio: incrementa la recaudación sin necesidad de una reforma fiscal general y al mismo tiempo fomenta hábitos de consumo más saludables y busca reducir los 166 litros de refresco que cada mexicano consume al año, consumimos 45 litros más de refresco que el estadounidense promedio y 7.3 veces más que el promedio mundial. Se trata de medidas graduales de impuestos saludables que diversifican los ingresos del Estado.
Un tercer punto que destaca es la inversión en Pemex y en proyectos de infraestructura energética. Si bien en el pasado ha habido dudas sobre la rentabilidad de destinar tantos recursos a la petrolera, el compromiso por sanear sus finanzas envía un mensaje de responsabilidad y de búsqueda de sostenibilidad en el mediano plazo.
En cuanto a Infraestructura física se destinarán aproximadamente 960.1 mil millones de pesos, de los cuales 536.8 mil millones corresponden a proyectos estratégicos (ferrocarriles como AIFA-Pachuca y México-Querétaro, energía, infraestructura hidráulica y agrícola). En cuanto al Sector Salud: 995 mil millones de pesos. Los programas sociales recibirán un presupuesto de 987 mil millones de pesos, esto refleja un compromiso con el bienestar.
El rango de crecimiento previsto —hasta 2.8 %— puede parecer optimista frente a los pronósticos más cautelosos del FMI o Banxico del 1.8 %. Sin embargo, México cuenta con ventajas estructurales que sustentan este escenario: el Nearshoring sigue atrayendo inversiones al sector manufacturero, el mercado laboral mantiene un dinamismo notable y las remesas (dinero que envían nuestros connacionales de USA a México) continúan en niveles récord, todo esto impacta de manera positiva fortaleciendo el consumo de los hogares mexicanos.
En suma, el Presupuesto 2026 no solo es un ejercicio contable, sino un mensaje económico de confianza. En un año marcado por la incertidumbre internacional por los aranceles de EE.UU., México envía una señal clara disciplina y crecimiento pueden ir de la mano con una apuesta estratégica en la inversión productiva. México demuestra que es posible contener el déficit y al mismo tiempo destinar recursos a infraestructura clave.
Frente a otros países de América Latina que luchan con déficits más elevados y deudas crecientes, México aparece como un referente de manejo responsable, enviando un mensaje de confianza a los mercados, a las calificadoras y, sobre todo, a su propia ciudadanía. ¡Que Viva México!
Gracias por leernos.
Su amigo Conde, Daniel Conde