El británico Jude Law protagonizó uno de los estrenos más impactantes del 82º Festival Internacional de Cine de Venecia al interpretar al presidente ruso Vladimir Putin en The Wizard of the Kremlin, del director francés Olivier Assayas. La cinta, adaptación de la novela de Giuliano da Empoli, presenta una visión cínica del poder político moderno y ya genera intenso debate entre la crítica.
La película, lejos de ser un biopic tradicional, se acerca a Putin a través de la mirada de un asesor ficticio, Vadim Baranov, interpretado por Paul Dano, figura inspirada en el estratega Vladislav Surkov. A través de su relato, el filme recorre episodios emblemáticos como la guerra en Chechenia, el hundimiento del submarino Kursk, la anexión de Crimea y las campañas de desinformación, presentando un sistema político basado en el caos deliberado y la propaganda.
Jude Law ha sido elogiado por encarnar una versión sobria de Putin, cuyo semblante y lenguaje corporal transmiten un poder inquietante. Su rostro estoico y su implacable mirada configuran un retrato gélido del líder ruso, evitando la caricatura y apostando por una presencia suspendida entre lo real y lo teatral.
En rueda de prensa en Venecia, Law declaró que no teme represalias por asumir este controvertido papel. Aseguró que el proyecto nació de una intención inteligente y matizada, y no del afán de generar provocación.
The Times le otorgó cuatro estrellas, destacando la audacia del papel como digno de reconocimiento, casi heroico en el contexto del festival. Otras críticas, como la de The Guardian, apreciaron la interpretación de Law, pero consideraron que el filme carece del dramatismo y profundidad necesaria para convertirlo en un thriller memorable.
Desde Italia, medios como Cadena SER elogian la representación del poder vertical y el estilo narrativo político, aunque señalan que la película se siente distante y discursiva.
The Wizard of the Kremlin ha llegado a Venecia como una provocadora reflexión sobre la política contemporánea y el ascenso de líderes autoritarios. Con una interpretación audaz de Jude Law, la película no solo reta las convenciones del cine político, sino que también pone bajo la lupa la fascinación global por figuras que moldean el poder desde las sombras.
