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lunes, junio 9, 2025

Llamarse Olimpia: un documental que da cuerpo a la lucha

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Con motivo del 40º Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG), celebramos la potencia del cine documental como espacio de denuncia, memoria y transformación.

Llamarse Olimpia, ópera prima de la cineasta Indira Cato, no sólo es uno de los trabajos más esperados del certamen: es una pieza que encarna el cruce entre la violencia de género, la justicia legal y el poder de contar una historia desde el cuerpo y la palabra.

Inspirado en la lucha de Olimpia Coral Melo, impulsora de la Ley Olimpia legislación pionera contra la violencia digital en México, este documental se convierte en un grito íntimo y colectivo. Un gesto cinematográfico que nos interpela como sociedad y como espectadores.

A través del reportaje publicado originalmente por la revista Proceso, al que se suma nuestro trabajo editorial, trazamos aquí el recorrido de esta película que, aun antes de su estreno, comienza a dejar una huella dentro y fuera de la pantalla.

Lo virtual es real. Lo que duele en línea, duele en el cuerpo.
Indira Cato

40 años del FICG: cine que resiste y transforma

El Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), el más antiguo de México y uno de los más relevantes de Iberoamérica, celebra del 6 al 14 de junio su 40ª edición. Esta cita no solo es una plataforma vital para las producciones mexicanas e internacionales, sino también un espacio para las narrativas que nacen desde la urgencia de la justicia y la memoria.

Fundado por el cineasta Jaime Humberto Hermosillo (1942-2020), el festival tuvo su origen como la Muestra de Cine Mexicano, con el respaldo de la Universidad de Guadalajara. Desde su primera edición, donde se proyectó el cortometraje Doña Lupe (1985) de un joven Guillermo del Toro, el festival ha sido semillero de talento y testigo de transformaciones sociales reflejadas en el cine.

En esta edición especial, el país invitado es Portugal, con más de 30 títulos de Manoel de Oliveira a João Gonzalez, además de una sección de animación y cine de género.

Llamarse Olimpia, en competencia oficial

En la Selección Oficial del Premio Mezcal dedicada a largometrajes mexicanos de ficción y documentalesparticipa Llamarse Olimpia (2025), dirigida por Indira Cato, cineasta debutante con una trayectoria previa como productora.

Este documental se centra en Olimpia Coral Melo, activista originaria de Huauchinango, Puebla, quien fue víctima de violencia digital cuando una expareja difundió sin su consentimiento un video íntimo. A raíz de ese hecho, Olimpia inició una batalla legal y social de más de 13 años que culminó en la creación de la Ley Olimpia, la primera legislación en el mundo que penaliza este tipo de violencia en entornos digitales.

Cato: una mirada desde la persistencia

Tardó mucho en contestarme. Pero cuando lo hizo y le conté que quería hacer un documental sobre ella, me dijo que sí. Ese fue el primer paso para ganarme su confianza.

Así recuerda Indira Cato los inicios de su acercamiento a Olimpia. La directora, egresada de la Escuela de Arte Dramático y Teatro de la UNAM, ya había producido obras reconocidas como Llévate mis amores (2014) y el corto Percepciones(2008), premiado en el Festival Kolibrí.

Fueron cinco años de trabajo para concretar Llamarse Olimpia. La directora llegó a la activista en un momento clave: la ley se empezaba a aprobar en varios estados y el movimiento cobraba fuerza nacional. Durante el rodaje, incluso, Olimpia fue nombrada por la revista Time como una de las 100 personas más influyentes del mundo en 2021.

Voces aliadas: Prania Esponda y el rap que denuncia

En el documental también aparece Prania Esponda, rapera originaria de Tlaxco, Tlaxcala, quien sufrió violencia sexual y convirtió su historia en una forma de arte y defensa. Además de ser abogada, su herramienta más poderosa ha sido el micrófono:

Es una de tantas víctimas que forman parte del movimiento. Su lucha, desde el rap, me parecía imprescindible, señala Cato.

Una película hecha por mujeres

Llamarse Olimpia es el único documental dirigido por una mujer en la competencia del Premio Mezcal. Y más aún: el equipo detrás de la producción está integrado casi por completo por mujeres.

Ha sido muy hermoso el camino recorrido con estas chicas. Muy duro anímicamente, como todos los documentales, pero aún más por los temas que nos atraviesan.

Solo el productor Hugo Chávez Carbajal no pertenece al núcleo femenino que dio vida a este proyecto, aunque también comparte la mirada sensible que lo caracteriza.

Cine, redes y territorio digital

Uno de los pilares del documental es el espacio donde ocurre la violencia: internet. Cato subraya que las redes sociales son hoy una extensión de nuestra vida física, y que cualquier daño ahí es real y profundo.

Olimpia fue vulnerada en lo virtual, pero ahora usa ese mismo espacio como plataforma de lucha. Eso es abrumador para ella. Pero lo ha transformado.

El lema del colectivo de defensoras digitales al que pertenece la activista es claro:

Lo virtual es real.

Un regreso coherente a Guadalajara

Llamarse Olimpia llega al FICG con un recorrido que parece inevitable. Fue parte del Talent Campus Guadalajara y más adelante del DocuLab, dos espacios formativos fundamentales del festival.

Estoy feliz de que el documental se estrene en mi país. Para mí, eso es el mayor regalo. Y que sea en Guadalajara, que ha acompañado al proyecto desde el inicio, me parece coherente y simbólico.

Una historia que atraviesa fronteras

Más que un retrato biográfico, Llamarse Olimpia es una denuncia y una promesa: la de un cine que acompaña, transforma y exige justicia. El documental no solo honra a su protagonista, sino también a todas las mujeres que han enfrentado la violencia y se han atrevido a contar su historia.

No hay lucha sin nombre. Y no hay justicia sin memoria.

*Adaptación basada en el reportaje originalmente publicado en la revistaProceso, año48, junio2025.

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