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jueves, noviembre 21, 2024

Cumbre de Las Américas, centro de protestas por inmigración y por exclusión

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La Cumbre de Las Américas, celebrada en Los Ángeles, California, causó revuelo en todo el hemisferio americano; posiciones encontradas se dieron por la negativa a la invitación que pronunciaron los anfitriones para con los presidentes de los Estados de Cuba, Nicaragua y Venezuela. 

La posición de México, que sí envió representante porque esa facultad la tiene el presidente la República de delegar su presencia internacional, era legítima al expresar que la asistencia del representante del Estado mexicano se realizaría si se invitaba a los otros representantes de las naciones que habían sido excluidas. 

Bajo posiciones carentes de sustento, existieron voces que expresaban que este tipo de reuniones poco o nada tienen consecuencias, expresiones de desconocimiento de que todo esto se desarrolla en el marco del derecho internacional. Y claro que tiene consecuencias de derecho, desde las posiciones unilaterales hasta los documentos que se emiten, que si bien no son tratados tienden a producir un efecto en el derecho de los Estados que lo suscriben. 

El anfitrión fue claro al negar la recepción al presidente Miguel Díaz-Canel de Cuba, a Nicolás Maduro de Venezuela y Daniel Ortega de Nicaragua, calificándolos de dictadores y que, por tanto, no había espacio para quienes expanden el poder del gobierno y reducen las libertades de los ciudadanos, invitando al fortalecimiento de la democracia por el bien de la región. 

Ya en el desarrollo de la cumbre y dentro de la participación de los representantes de los Estados se fijaron posturas. Los asistentes expresaron en un tono firme y moderado que era necesario la presencia de estos participantes: el presidente de Chile, el joven socialista a quien  los reflectores del continente lo tienen bien concentrado, fue claro al expresar que era necesario la presencia de ellos, pues con su exclusión las posiciones que se fijen dentro de la cumbre no son completas y que, si bien había descontento en contra de ellos, el foro era el ideal para expresar las posiciones y fortalecer las democracias. El ya saliente presidente de Colombia arremetió en contra de ellos y, por su parte, fijó una posición de que no había cabida para con ellos, pues la violación constante y continua de los derechos humanos que se desarrollan en esos países simple y sencillamente cierran las puertas de su participación en este espacio. 

Si calificamos si fue bueno o malo la exclusión de estos países, se puede considerar que hubiese sido más positivo su presencia, pues ante la ventana del mundo se le fijarían las posiciones y señalamientos de ese comportamiento tan criticado por la forma en que se mantiene en el poder y, por muy pocos, considerado como buenos gobiernos. 

México con su posición fijada volvió a ser líder en América Latina, pues se reconoció que lo expresado desde días pasados antes de manifestar si asistía o no el titular del Poder Ejecutivo a dicha cumbre; su posición tuvo sustento en el derecho internacional con principios de la igualdad internacional de los Estados y la no discriminación. 

Ahora bien, eso fue gran parte de los puntos torales que se fijaron en esa reunión. En realidad existe un comportamiento social al que se le debe de tomar toda la seriedad y dejar de soslayar como un problema secundario: la migración que se presenta con motivo de un sinfín de males sociales que laceran y afectan a personas marginadas es una realidad, caravanas con pluralidad de grupos que representan a diferentes nacionalidades se encaminan hacia el norte buscando nuevas esperanzas de vida y poco, pero muy poco se ha realizado para evitar este fenómeno de comportamiento. 

Estos reclamos en la cumbre también fueron secundados por manifestantes que piden una regulación tanto para los solicitantes de asilo como para quienes llevan décadas en los Estados Unidos con permisos temporales. 

La declaración de Los Ángeles es un pacto migratorio y fue suscrito por los participantes en la Cumbre. Los impulsores de este documento, encabezados por Biden, permitieron articular un nuevo enfoque en el que todas las naciones del continente asumirán su responsabilidad. Por lo que se conoce del documento tiende más a impulsar que cada Estado tendrá la tarea de evitar que los flujos migratorios continúen avanzando hacia los Estados Unidos. 

Esto es intangible por ahora, pues en las fronteras se establecen bloqueos con pocos resultados que se dan para evitar ese andar peregrino en busca de nuevas esperanzas. 

Lo cierto es que hay que verlo desde el punto de vista positivo y entender que, por ahora, ya se tocó ese tema y que a la luz de nosotros, los mexicanos, es una realidad; lo vemos pasar todos los días,en los que oriundos de países principalmente centroamericanos emprenden esa travesía y paisanos nuestros también toman esa ruta en busca de los nuevos horizontes; hagamos reflexión de cómo evitar y participar para eliminar la triste migración que se da todos los días en busca de una nueva vida. 

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