Cualquier deceso que sucede por cualquier motivo significa luto, nostalgia y un gran pesar
en las familias, unos más que otros lo resienten, aquellos que se suceden por edad
avanzada y por enfermedades frecuentes y prolongadas – dicen que no tanto, solo quien
lleva el morral, sabe lo que llevado dentro-.
Me enteró de un accidente de motocicleta -para variar- en una arteria donde se supone
que no es de alta velocidad. El bulevar de la muerte (antes bulevar Benito Juárez, según
el vox populi, quedó descartado esta vez). Un joven de 18 años pierde la vida cuando
tripulaba su motocicleta, su acompañante está en el hospital a la hora de escribir estas
líneas. Los motociclistas con intrépidos suben a una moto de cualquier marca y modelo y
sienten que ya tripulan una Chopper 250 c.c., y que no hay ni topes ni autos que puedan
impedir su veloz carrera.
Hace unos ayeres mis hijos Leonel y Orsué, cuando cursaban la secundaria me pidieron que
les comprara una motocicleta -justo acababa de enterarme de un accidente terrible donde un hijo de un paisano había quedado casi decapitado en Monterrey-, les dije tajantemente que no, que cuando fueran adultos y supieran la responsabilidad que es tripularlas las
adquirieran. Y al paso del tiempo la adquirieron, por necesidad y traslado expedito.
Después de esta breve cita procedo a hacer un pequeño recuento de las vidas que se han
perdido aquí en Xicotepec, aun y que hay muchas personas que recomiendan a que las
conduzcan con la mayor precaución, pero tal parece que tienen una ansiedad por alcanzar la muerte. Rebasan por la derecha, conducen a exceso de velocidad, no utilizan casco, no
emplacan y un largo etcétera.
Comparto la publicación a raíz de este lamentable accidente de José Janeiro Goicoechea:
…para los que todavía no hablan con sus hijos o les compran una moto sin saber andar,
accidentes siempre va a haber, pero si llevas casco y una velocidad responsable es muy
difícil perder la vida, caídas siempre habrá hasta caminando pero siempre es importante
tenerle respeto a cualquier vehículo y más a una moto y ejemplifica con una imagen muy
ilustrativa, que las lesiones mas comunes en accidentes mortales en porcentaje es: cabeza
primordialmente en el orden del 68 % los otros porcentajes es aplicado a las diferentes
partes del cuerpo.
Otro asunto relacionado es la función que el personal de vialidad debe ejercer para atenuar
de una vez por todo el índice que suman varios accidentes en la semana. Si no permitieran: que circulen hasta en el propio centro a exceso de velocidad, que portaran casco, que no se permitiera el transporte de menores de edad obviamente que tenga sus motocicletas placa, tal vez no se terminarían los accidentes, pero se reducirían de manera importante. No es posible que en pleno centro histórico de Xicotepec y frente a las uniformadas se permitan estas anomalías.
A ultimas fechas han crecido notablemente los repartidores de alimentos, de paquetería y de otros. En el primero de los casos anuncian a quien solicita pizza que su producto llega en menos de 30 minutos y vuelan como locos. Hay mas de una película que ejemplifica la tarea que deben realizar estos empleados y esa es otra situación que debe tomar a la toma
de conciencia. Los RAPPID, termino acuñado para aquellos repartidores ya en algunos
lugares se adueñaron no solo de su carril, sino de la vía en su conjunto y para llegar a
tiempo no importa lo que debe pasar, desde saltar golpes, circular en sentido contrario, etc.
En la cultura vial deben tener cabida todos, los transportistas -principalmente de colectivas-, los taxistas, obviamente los conductores de motociclistas y organizaciones que puedan ser conducto de algunas recomendaciones a los transeúntes. Si cada quien asume la parte que le corresponde miraremos otro panorama en un corto tiempo.
En otra entrega de EL BAUL, daremos cuenta de lo que sucede en el bulevar Benito Juárez
mal llamado bulevar de la muerte.
El COMANDANTE ORESTE, consternado por el caso reciente de la muerte de un joven
que empezaba a vivir, nos obsequia unas letras:
JOVENES MOTOCICLISTAS
Pregunto desesperado
a quien la culpa echaré,
claro que protestaré
por qué estuvo estacionado,
o al joven acelerado
avezado emprendedor
que rugiendo su motor
y en el vértigo fatal
dar resultado final,
dolor infringen espinas