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jueves, octubre 2, 2025

El todos santos que se avecina

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Aunque falta un mes para la celebración del día de muertos o todos santos como se conoce en la sierra norte de Puebla y en distintas partes de la república mexicana. Hay lugares que al paso del tiempo se han vuelto emblemáticos dado que no solo conservan los usos y costumbres de acuerdo a esta festividad, sino que paulatinamente han ido fortaleciendo las mismas. Sitios como Oaxaca, Michoacán, Chiapas y desde luego Puebla entre otros estados se han distinguido por sus celebraciones. Con el afán de aportar algunos rasgos de esta importante celebración, comparto amables lectores de el baúl un relato:

La efímera visita

Alzaba la punta de mis pies para alcanzar a mirar cuanto había en una larga mesa que iluminada con muchas veladoras se apreciaba una gran fotografía de mi abuelo Esteban me hacía remembrar como lo describía cada vez que podía la abuela; gesto adusto pelo cortado a la vieja usanza, su recia figura resaltaba la pronunciada manzana que se forma entre la barbilla y el cuello.  A lo lejos se veía que era galán. No en balde decía que una temporada llegó a tener a dos mujeres en un mismo espacio. A su alrededor cajetillas de cigarros, unas cervezas, los vasos llenos de refino no podían faltar. De los gustos gastronómicos del difunto ni se diga, había de todo: platos de mole con la tradicional pieza de guajolote, arroz, chile con huevo, enfrijoladas, arroz con leche, tamales, dulce de calabaza, de guayaba y un largo etcétera. Para lograr hacer este enorme altar existen familias que por más de una semana en la elaboración y las últimas dos noches y no duermen por tanto cocinar.

Pero además de esa emblemática foto también existían la de otros seres que ya habían partido y que era necesario esa noche venerarlos, para ello con días de antelación se acudía a las huertas vecinales a cortar largas varas que servirían para hacer grandes altares con las flores que en ese tiempo reinaban en los campos, en los mercados y en las carreteras el singular cempasúchil, mano de león, sempiterna, y papel picado éste último con figuras alusivas al día de muertos. El olor que despedían inundaba en toda una semana o más los grandes espacios por momentos confundido o mezclado con el del tradicional incienso un extraño aromático que servía según lo decían los ancestros para atraer el espíritu de las almas que habían partido.

Antes de construir los grandes altares se acudía al tianguis a comprar todo lo que se tendría que ofrendar. Cuatro plazas antes de la celebración la mayoría de los mercaderes acudía de las comunidades a vender los productos del campo, que justamente en estas fechas era cuando estaban en su etapa de maduración.  De los vecinos municipios, entre ellos Huauchinango, Tulancingo y algunos hasta del Estado de México, traían el famoso chile ancho, guajillo, almendras, canela, cacahuate pelado, pasas y las decenas de ingredientes que lleva este platillo tradicional de los mexicanos.

El pan es algo que no puede faltar: marquesote, galletas esponjadas, pan de manteca, cocoles, pan de sal y el tradicional pan de muerto, elaborado con figuras caprichosas que hacían parecer un difunto.

El primero de noviembre es la celebración del todos santos y el día dos el dedicado a los fieles difuntos.

A mi corta edad había cosas que no entendía, tenía mucha curiosidad y miedo.

Me decían: no tienes que tomar ni un solo dulce, ni uno solo de los platillos que están en la mesa, vendrán los difuntos a comerlos y si lo haces corres el riesgo de que, después de que estén casi satisfechos y sientan aun hambre debido a que comiste algo te puedan llevar con ellos en su travesía a la visita de sus demás familiares a completar y satisfacer su apetito. El día tres en el recalentado tú puedes comer todo lo que nos dejaron. Notarás que ya no tendrán el mismo sabor debido a que la esencia ya se la llevaron consigo. Te advertimos que no tienes ni que asomarte cuando ya vaya llegando la media noche. Ellos vienen en una gran caravana y van recorriendo todas las calles.  Seccionándose por grupos familiares y poco a poco van quedando unos cuantos que murieron en una circunstancia de desastre y que sus familiares nunca reclamaron los cuerpos. Las almas en pena deambularán por todo el territorio hasta encontrar algún lugar que pueda albergarlos y dejarles comida y bebida.

Fiel a la desobediencia de la edad, esperé a que durmieran todos exhaustos por el trajín que habían realizado, me levanté a curiosear para ver llegar a las almas a comer todos los paladares expuestos. Todo en silencio. Escuché muy claro cuando se abrió la puerta, el crujir era inconfundible tenía años que de propósito no se aceitaba para escuchar cuando la misma se abría. Una sombra se acercaba, ya no pude resistir me fui corriendo a mi cama, me tapé con la cobija y sudoroso la entreabría para ver que sucedía cuando se produjo una gran humareda y se encendieron varias veladoras que iluminaban la recamara. Despertó mi mamá y familiares tosiendo inmediatamente apagaron el fuego. A partir de esa fecha ya no hubo intento alguno de mi parte por seguir investigando que había pasado. Estaba seguro de que ese día las almas habían acudido a saborear los exquisitos platillos y que las volvería a ver al año siguiente.

 

El dilecto comandante ORESTE, nos obsequia algunas coplas:

R E M I N I S C E N C I A S XANTOLO XANTO, santo

OLO  abundancia

Estaba al amanecer

como hormiga el hervidero que llego tanto placero son mis recuerdos de ayer flores, frutos tal placer

que la nostalgia me agobia veo una abuela como novia cocinando con dulzura inundando con ternura

pensando, COMO LLOVÍA..

 

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