En estos últimos tiempos dos acontecimientos trascendentales cimbran el mundo, la guerra de Ucrania y la invasión a la franja de Gaza.
Zelensky se encuentra muy agradecido con EU y la OTAN por el apoyo diplomático y militar recibido. Por su posible ingreso a la OTAN se encendieron alarmas de alerta en Rusia.
La OTAN ha colocado misiles en los países afines y con frontera a Rusia. Europa no sabe vivir en paz, ahora menos, Biden, se convirtió en comandante en jefe de la política belicista en esos rumbos, la producción de armas tiene destino inmediato a Ucrania, las fábricas de armamento norteamericanas instaladas en Alemania anulan su soberanía, alimentan una ideología fascista entre los neonazis, todavía existentes y dispuestos a vengar la derrota sufrida por los soldados rusos, culminando con la toma de Berlín.
Biden no busca la paz, ha entregado misiles de largo alcance a Zelensky. El Congreso de EU ha aprobado sumas millonarias de dólares para la guerra, pero las condiciones históricas ya no son las mismas de la década de los 90s, cuando surgieron como un país agresor, superhegemónico, al que ningún país se le oponía. Destruyó Irak, derrocaron al presidente Sadam Hussein, asesinaron al comandante Kadafi para apoderarse de los pozos petroleros del Oriente Medio, querían apoderarse de Siria y hasta aquí llegaron. La participación decidida de Putin desfiguró los planes de Estados Unidos en Siria.
La guerra en el Oriente Medio amenaza con extenderse, el capital judío encarnado en Netanyahu y en las urbes capitalistas como Wall Street, Francia, Italia, Alemania y EU advierten a Irán que detenga sus intenciones de lanzar un ataque masivo contra Israel, para su defensa cuenta con portaviones que van a su territorio.
Putin ha rediseñado su estrategia militar, acercando misiles nucleares en Cuba y Venezuela.
El mundo está viviendo una amenaza agresiva por parte de Biden y sus halcones del Pentágono. México recibe constantes advertencias de intervención de la DEA y la CIA, no es de extrañarse que el gobierno del presidente AMLO y la presidenta electa inviten a Putin a su toma de posesión.
