Todo empezó después de que Colón regresó a España llevando nativos de Cuba y oro para la corona española y el papa Alejandro VI Borgia.
A Borgia, de origen español le fue entregado el oro, obsequio de Colón “ciertamente, parece que el primer oro traído a Roma desde las Américas fue pronto utilizado para decorar paneles en Santa María Maggiore de Roma, las obras más primorosas de este tipo en Roma”1.
Borgia, ambicioso, se mostró entusiasmado con el descubrimiento de Colón, pensó en el acrecentamiento del imperio de Cristo, resolvió la disputa entre los Reyes Españoles y el rey de Portugal con el repartimiento de las nuevas tierras descubiertas. Concedió, mediante el tratado de Bulas, el territorio recién descubierto por Colón a sus paisanos los reyes católicos, siempre y cuando se comprometieran a propagar la fe cristiana: “Posiblemente, la rapidez con que se hizo esta declaración estuviese propiciada por un regalo en forma de oro español, parte del que Colón trajo y regaló a los monarcas en Barcelona”2.
El mundo se dividió en dos, El Vaticano a través de su papa, así lo decidió. Repartió el mundo sin ser suyo. Autorizó una nueva cruzada para llevar la fe cristiana a esos nuevos territorios e imponer un sistema feudal, haciendo su aparición el esclavismo, que ya en Europa durante el siglo XV estaba siendo sustituido por una nueva clase: “Los burgos o burgueses”, mediante el incipiente trabajo asalariado.
Borgia se mostró muy contento con Colón, tuvo palabras grandilocuentes para él y para los personajes que lo acompañaron en su primer viaje. Era el 23 de mayo de 1493 cuando los reyes católicos le dieron todo su apoyo y le impusieron desde ese entonces además de un contador que debía entregar cuentas directas a los reyes, también le apoyaron con: “Los caballeros —a la jineta— eran modernos caballeros, una caballería ligera, podríamos decir, cuya armadura se reducía a una coraza y un morrión, similar a la caballería que intervino en Granada, con objeto de tener mayor movilidad. Estas instrucciones sorprendieron a Colón, que empezó a ver que su mando independiente se desmoronaba”3. Los Reyes católicos y los poderes eclesiásticos, son los maestros de una herencia política a los gobernantes del nuevo mundo.
La guerra de Granada duró 10 años de 1482 a 1492. Hernán Cortés nació en 1485.
El Emir Muley Hacen derramó la gota del vaso cuando dirigió sus tropas a la toma de Zahara en diciembre de 1481; Isabel La Católica, molesta con el Emir por la ruptura de la tregua, ordenó inmediatamente un cerco militar en la frontera con Granada. “Las primeras medidas fueron dar orden a los adelantados y Alcaides de Andalucía y de Murcia de estar apercibidos y guardar las fronteras; mandar al maestre de Santiago, don Alonso de Cárdenas, a la ciudad de Ecija con gentes de armas, y, en igual forma, a don Rodrigo Telléz Girón, maestre de Calatrava, a la comarca de Jaén, y disponer que los capitanes fronteros hostilizaran al enemigo con incursiones ofensivas”4.
La guerra sería de poder a poder, de religión contra religión, de cristianos contra infieles, así calificaban a todo aquel que no era cristiano, más tarde, la misma calificación para la América, recién descubierta.
La reina inicia la guerra asaltando Alhama “una de las más ricas, más fuertes y mejores villas del reino moro”5.
Cobra presencia el uso de cañones de ambas partes, los moros ya contaban con tubos desarrollados durante las guerras de ocupación y defensa, disparando piedras y bolas de fierro. En Europa ya disponían de cañones, incluso durante el rescate de Granada, más de 200 cañones fueron dispuestos por Isabel La Católica y los grandes de España, para derrotar a los moros.
Durante esta guerra, Isabel mostró sus habilidades políticas y estrategia militar. “Se vio entonces que el apaciguamiento y sumisión logrados por la Reina en Sevilla eran verdad, y que a las antiguas rencillas y divisiones de los grandes sustituía la recia trabazón de un mismo ideal”6. A partir de la toma de Alhama Isabel logró el abastecimiento para los soldados, quienes resistieron cañonazos y falta de agua, debido al cerco del Emir, que, por más esfuerzos en sus ataques, los soldados españoles mantuvieron su posición.
La llegada de 5 mil caballos y 40 mil peones fortalecerían Alhama. Mientras Isabel convenció a los grandes de la unidad para vencer a los moros, Hacen fue expulsado de Granada por haber fracasado en la reconquista de Alhama, huyendo a Málaga. Su hijo Boabdil queda como rey de Granada. Esta división de los moros no implicó acercamiento con los reyes católicos, por el contrario, conservaron su odio hacia los cristianos, la guerra siguió.
Esta experiencia histórica prevalecerá en España, se propagará e influirá en el descubrimiento y conquista de la Nueva España.
Hernán Cortés en México
Ya los frailes predicaban al nuevo mundo pecador, enseñaban su doctrina, la señal de la cruz hacía gracia a los niños. A la llegada de Cortés, los frailes cumplirían la misión que les deparaba en estos territorios.
Las pirámides, altares de Quetzalcóatl, se derrumbaron a sus ojos, desprotegidos, indefensos a las balas de sus cañones; espadas enfrentaron a los conquistadores, no esperaban nada bueno de esos hombres montados en animales de guerra.
Salvador de Madariaga vislumbra a un nuevo Quetzalcóatl a la edad de 15 años. Hernán “daba y tomaba enojos y ruido en casa de sus padres”7, lo dejó seguir el rumbo de las armas.
A Hernán, como a muchos españoles, lo deslumbraba lo nunca visto: “carabelas que llegaban radiantes con la luz del nuevo mundo; capitanes, pilotos, aventureros, frailes, soldados de fortuna, caciques de indios, ya desnudos mostrando la bronceada piel, novel por no ser ni blanca ni negra, ya vestidos con exótico aderezo, ostentando anillos de oro en la muñeca, en el tobillo, en la nariz, la oreja, el labio, con la cabeza tocada con imponentes diademas de pluma y plata”8.
Hombres expertos en la guerra de 10 años que emprendió Isabel La Católica para derrotar a los moros comandado por el padre e hijo el Emir Muley, Hacen y Boabdil.
La ambición cegaba a cientos de hombres: A los frailes, la misión que Dios les encomendaba, llevar el evangelio a miles de infieles; entre ellos, destaca el fraile Juan de Alameda, dedicado en cuerpo y alma a la construcción de obras monumentales como los conventos. Madariaga, las califica como obras inútiles, pero, serian el polo de desarrollo para cientos de comunidades y posteriormente grandes ciudades.
Juan de Alameda fue uno de los principales constructores de conventos. El cuadro comparativo de los conventos franciscanos del siglo XVI en el estado de Puebla, estudios realizados por la Dra. Margarita Martínez del Sobral y Campa, auspiciado por el Gobierno del estado de Puebla, por el INAH y Fundación Fuad Abed Halabi AC, nos deja constancia, a través de la coordinación editorial Rosette y Asociados.
Convento de San Gabriel Cholula:
- Primera etapa 1529-1538
- Segunda etapa 1549-1552
- Tercera etapa 1580-1582
- Cuarta etapa 1608-
Convento de Huejotzingo:
- Primera etapa 1529-1539
- Segunda etapa 1544-1571
Convento de Huaquechula:
- Primera etapa 1529-1534
- Segunda etapa 1540-1570
Convento de Calpan:
- Primera etapa 1535-1538
- Segunda etapa 1548-
Convento de Acapetlahuacan:
- Primera etapa 1540-1550
- Segunda etapa 1560-1570
- Tercera etapa 1571-1580
Los frailes construyeron más de 200 conventos en el territorio mexicano y no se sabe con exactitud cuántas.
El oro, símbolo de poder social en la Colonia
Los conquistadores españoles y los migrantes que llegaron al nuevo mundo querían ser ricos, vestirse de seda, tener propiedades y negocios, iban a tener todo lo que deseaban, pero, sobre todo, traían formas de vida distintas, costumbres, un sistema socioeconómico que existía en ese entonces en Europa el Feudalismo.
Vinieron, impusieron y crearon un mundo a semejanza de España, el oro no lo era todo, exigieron al rey esclavos para trabajar la tierra, no tardaron en nombrar virreyes, organizar instituciones municipales cuyo origen son los ayuntamientos, regidores, alcaldes con tintes militares y judiciales.
“Para la mayoría de los aventureros que venían de España no era el oro símbolo de religión y castidad, sino lo que sigue y seguirá siendo siempre para casi todos los seres humanos: la medida del poder social, la palanca del dominio sobre los seres menos afortunados, la escala del éxito”9.
Los españoles también fueron esclavos de los moros, fueron despojados de sus tierras, miles de españoles asesinados, entre el siglo XIII y XIV miles de musulmanes fueron convertidos al cristianismo y se quedaron en las ciudades que construyeron otros, los que no aceptaron fueron expulsados después de 1492 y centenares, sometidos a la esclavitud.
Los conquistadores traían toda la experiencia sufrida de los 800 años de dominación musulmana. Antes y después de recuperar Granada, muchas de las estrategias utilizadas contra los Moros, se utilizaron en la práctica en el nuevo mundo.
Referencias:
1 Thomas, Hugh, El Imperio Español, de Colón a Magallanes, Ed. Planeta Historia y Sociedad 2003, pág. 143
2 Ibid.
3 Ibid. Pág. 147
4 Silió Cortés,César, Isabel La Católica, Fundadora de España, su vida, su tiempo, su reinado, Ed. Espasa-Calpe,S.A.,Madrid 1973, pág.236
5 Ibid. Pág. 236
6 Ibid. Pág. 6
7 De Madariaga Salvador, Hernán Cortés, Ed. Sudamericana, Primera edición agosto
1941, novena edición junio 1973, pág. 44
8 Idem. Pág. 48
9 De Madariaga, Salvador, Hernán Cortés, Editorial Sudamericana, pág. 62
10 Idem. Pág. 48