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sábado, noviembre 23, 2024

El juego de Monreal y el retorno al valle de las calacas

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Oportuno y equilibrado el gobernador Céspedes Peregrina desmintió la versión de un arreglo supra-judicial desde las oficinas del Senado de la República, versión que busca difundir Ricardo Monreal Ávila. 

El Ejecutivo estatal explicó que la liberación de Guillermo Aréchiga Santamaría se debió a un estricto proceso jurídico en el que no intervino. 

El tema detrás de las declaraciones es la clara intención de Monreal de apuntalar las aspiraciones de su delfín poblano, Alejandro Armenta. 

Para la perspectiva de Cúpula debemos recordar que semanas antes de que se anunciara la salida de Aréchiga del reclusorio adelantamos que existe toda la intención de liberar a Eukid Castañón Herrera. 

¿De dónde salió esa versión? Por supuesta de las reuniones privadas que los morenovallistas sostienen con Armenta. Todo se ha ventilado y nada hay oculto bajo el sol. 

Lo cierto es que en la burbuja de Alejandro están operando en favor de varias liberaciones y se conocen algunos nombres de quienes buscan “rescatar”. 

La lista la encabeza Eukid Castañón el “cerebro”, el gran personaje siniestro del morenovallismo. Continúa con Francisco Romero Serrano ex titular de la Auditoría Superior del Estado, valioso por la información que tiene de decenas de expresidentes municipales. 

Prosigue con Arturo Cajica Gómez y Felipe Patjane Martínez ex alcaldes de Acatlán de Osorio y de Tehuacán, respectivamente. Los armentistas consideran que ambos pueden mover grupos regionales en su favor. Por supuesto es una apreciación equivocada; ambos exediles ya no convocan ni a sus familias. 

Lo cierto es que estamos ante la creación de un ejército de zombies anti barbosistas.  

Un grupo que saldrá de prisión con una profunda sed de venganza y al mismo tiempo con el deseo de servir a su nuevo amo. 

En realidad, es el retorno al “valle de las calacas”.  

Estaremos atentos. 

 

EDUARDO RIVERA NO BUSCA CANDIDATURA SINO LA JEFATURA DEL PAN 

En días recientes el alcalde Eduardo Rivera Pérez hizo una declaración sobre su probable participación en el proceso electoral de 2024: “si los poblanos quieren le entramos”.  

Sobre el presidente municipal de Puebla se puede hacer un perfil muy definido. En las formas políticas es un hombre práctico; se puede adaptar a diferentes condiciones y factores externos. La habilidad que ha mostrado para lidiar con diferentes gobernadores así lo ratifica. 

Pero en el fondo tiene un pensamiento dogmático y devoto. Rivera Pérez encuentra en sus creencias religiosas la justificación a todas sus acciones.  

Es como si dijera “el fin justifica los medios”. Para llegar a la “Ciudad de Dios” de San Agustín en ocasiones tiene que caminar por los círculos del infierno de Dante. 

Su perfil yunquista le brinda el aplomo con que incursiona en los escenarios políticos. Pero al mismo tiempo es el fin con el que justifica todo tipo de lucrativos negocios al amparo del cargo. 

Rivera es muy hábil para nadar en diferentes aguas y en ese ejercicio siempre pesca todo lo que puede. 

Esa habilidad y agudeza le indican que el 2024 será un espejo de la elección presidencial y en ese contexto PAN y PRI nada tienen que hacer. En el próximo juego por Palacio Nacional la oposición está derrotada. 

En días recientes un video del diputado federal Santiago Creel Miranda causó revuelo y efervescencia en las huestes azules por la feroz embestida contra López Obrador. 

El panista quien siempre se mostró mesurado y equilibrado se transformó. En el video se pintó la cara de guerrero, tomó un hacha y se lanzó de manera descarnada contra el tabasqueño. El demoledor golpe fue evidente, el mandatario no se atrevió a responder y en la mañanera guardó completo silencio.  

Esto exaltó el ánimo de las tropas azules que ya ven un fuerte prospecto para la candidatura presidencial. Empero es poco probable que Acción Nacional pueda obtener buenos resultados en 2024. Morena sigue manteniendo una clara preeminencia en todo el país y los sondeos así lo acreditan.  

Lo que buscan los dirigentes Marko Cortés y Alejandro “Alito” Moreno son candidatos que permitan obtener algunos resultados con dignidad y que la llamada alianza opositora no se vaya al fondo del barranco.  

En Puebla Rivera Pérez tiene la misma lectura. Sabe que no es momento para la oposición. Las declaraciones en las que se deja querer y aparentemente abre la puerta a la posibilidad de contender solo son un juego para mantener su liderazgo y preponderancia dentro del PAN. 

A Eduardo no le interesa ser candidato en uno de los momentos más exacerbados de la política nacional. Lo que si le importa es tener en la mano la jefatura política que le permita decidir las candidaturas al Senado, Cámara de Diputados y Congreso local. 

Los recorridos al interior del estado son precisamente para evaluar los perfiles, pero sobre todo las lealtades. En 2024 Rivera Pérez no va a jugar una pirueta mortal, pero si va a decidir quiénes serán los abanderados de su partido. 

En el fondo Lalo busca ser el nuevo “Rafa”; dueño de vidas, haciendas y destinos.  

Como siempre quedo a sus órdenes. 

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