El gobernador Barbosa Huerta dio formal banderazo de arranque a aquellas figuras que busquen la silla de Casa Aguayo. Por supuesto la expresión del mandatario tiene especial dedicatoria a algunos protagonistas de su administración.
De manera extraoficial se sabe que tres titulares de secretarías habrán de manifestar sus intenciones de buscar la próxima gubernatura.
Hace unos días apuntamos que el modelo nacional de las llamadas “corcholatas” iba a precipitar y acelerar el juego sucesorio en las entidades que tendrán renovación de gubernaturas en 2024, entre ellas Puebla.
Así como ya comenzaron los rozones y raspones entre los personajes de la esfera nacional, de la misma forma veremos crudos enfrentamientos en la arena poblana.
Que nadie lo dude: se aproximan oscuros nubarrones.
Porque así como se habrán de apuntar figuras limpias, con trayectorias transparentes e intenciones sanas, de la misma forma también veremos a los maestros de la ‘tenebra’ y el golpe bajo; aquellos que nunca van a hacer campaña en medios formales porque están acostumbrados a moverse en las catacumbas y los sótanos de la mezquindad.
De ninguna forma veremos un día de campo.
Ésta es la sucesión más adelantada nunca antes vista.
Y seremos testigos desde tiros con resortera hasta misiles. Será una guerra cruda y sin concesiones.
La puja por 2024 se centrará en las figuras de Morena, el único partido con posibilidades reales. Ni PAN, ni PRI tienen perspectiva alguna.
En el PRI su dirigente nacional se enfrenta a todo lo que queda del aparato tricolor. Además los audios y los cateos lo exhiben como un hampón.
En el PAN el incompetente Marko Cortés ni siquiera es considerado un adversario; por eso el presidente López Obrador ni lo mira.
En días recientes Santiago Creel Miranda se destapó como aspirante presidencial; pero el actual panismo adocenado, aletargado y banal ni siquiera reaccionó. En este momento todo suspirante debería contar con el respaldo de los liderazgos tradicionales; se trata de levantar el ánimo partidista; pero los blanquiazules sufren de una crisis moral más que política.
A nivel nacional se mantiene la hegemonía lopezobradorista y solamente Morena tiene posibilidades en 2024.
La oposición deberá esperar hasta el 2030 para tener alguna oportunidad de volver a la escena.
Éste contexto nacional se habrá de trasladar al local y de Morena Puebla saldrá la candidata o candidato que ganará la contienda.
Pero mientras tanto veremos una puja intestina, acre y cruda.
Al tiempo.
POR ENÉSIMA OCASIÓN BARBOSA VUELVE A TENDER LA MANO A EDUARDO RIVERA
En la misma videoconferencia Barbosa Huerta abordó el tema del operativo que se practicó en “La Cuchilla” y agregó que esos despliegues policiacos continuarán para limpiar los mercados.
El Ejecutivo estatal señaló que la presencia delictiva en esos lugares es una situación que “se debe corregir entre los órdenes de gobierno… vamos a enfrentar esta situación con el Ayuntamiento o sin el Ayuntamiento…”
La expresión que se podría interpretar como dura en realidad es la enésima ocasión en que Barbosa le tiende la mano a Eduardo Rivera Pérez.
El alcalde bien haría en convocar a formales conferencias de prensa y dejar esas entrevistas banqueteras que se ven atropelladas y apresuradas.
En una declaración institucional el presidente municipal debería decir: “mi Ayuntamiento apoyará decididamente todas las acciones que emprenda el gobierno estatal… he dado instrucciones a la Secretaría de Seguridad Ciudadana para que se coordine con las fuerzas estatales… Seremos parte de la estrategia de seguridad…”
Sembrar arbolitos es lo correcto; es lo que necesita el mundo entero.
Pero la política se hace cultivando relaciones institucionales y hasta el momento Rivera Pérez sigue jugando en solitario y no aprende a ser una oposición colaboradora.
Sigue escuchando los consejos dogmáticos del cónclave trinitario de Arrubarrena, Montiel Solana y Domínguez. Por cierto esa figura del “gerente del municipio” es muy común en España; las principales ciudades tienen en ese cargo a un verdadero operador de la administración. Pero en Puebla quién sabe lo que hace.
El alcalde necesita de mejores asesores políticos y menos monaguillos.
Como siempre quedo a sus órdenes.