Durante las últimas semanas se ha reportado un aumento de casos de Covid-19 a lo largo de todo el país, después de haber mantenido una reducción de estos casos durante los meses de abril y mayo. Este incremento de contagios ha despertado la preocupación por el probable inicio de una quinta ola de Covid en México y nos hace preguntarnos por qué está ocurriendo y qué podemos esperar.
Primero, es muy importante recalcar que, aunque el número de casos se encuentra al alza, comparado con los meses anteriores, la mayoría de los contagios reportan síntomas leves donde no es necesaria la hospitalización.
Actualmente estamos viviendo un periodo de alta transmisión comunitaria, que podría deberse a la combinación de dos factores muy importantes: la circulación de las subvariantes de ómicron B2, B3 y las más recientes B4 y B5, aunado a la relajación de las medidas sanitarias.
Además, el regreso a las actividades en espacios cerrados y eventos masivos, como los centros laborales, conciertos o festivales, han aumentado la exposición al virus dentro de la población y esto ha ocasionado que se propague con mayor facilidad.
Debido al aumento de casos de Covid-19, volverán los reportes diarios de Covid en México. La Secretaría de Salud ha informado que dará a conocer nuevamente el informe técnico diario sobre los contagios en el país.
Aún después de dos años de pandemia en el mundo, no existe una fecha definitiva para el fin de los contagios, ya que ocasionalmente se verán estos picos de infecciones en el país, aún con una alta tasa de vacunación que ha contribuido a reducir la hospitalización y mortalidad de la enfermedad.
El virus no dejará de existir y podremos anticipar nuevas oleadas, probablemente entre octubre y marzo, durante la época invernal, como ha sucedido con otros virus con los que convivimos año con año.
Aunque los niveles de hospitalización y defunciones se mantienen bajos, debemos mantenernos preparados y no bajar la guardia para que no sea necesario implementar restricciones más estrictas si los contagios continúan aumentando.
Hay que recordar que los síntomas más comunes siguen siendo la pérdida del olfato y el gusto, fiebre, tos, cansancio y dolor de cabeza. Además, debemos estar pendientes de los síntomas más graves, como dolor en el pecho y dificultad para respirar.
También hay que continuar con las recomendaciones sobre medicamentos. Las personas que han tenido síntomas leves generalmente mejoran después de cinco días con medicamentos para controlar la fiebre (como paracetamol) y el dolor de cuerpo (como ibuprofeno).
Hay que considerar que existen otros medicamentos que suelen recetarse, pero están desaconsejados por la OMS y la Comisión Especial para la Atención de la Emergencia por Covid-19 de la UNAM, como los antibióticos de cualquier tipo (azitromicina, levofloxacina o ceftriaxona) y los antivirales (oseltamivir, amantadina, rimantadina o aciclovir).
Tampoco se debe administrar hidroxicloroquina, cloroquina, ritonavir ni ivermectina para tratar la Covid-19, independientemente de su gravedad. Además, se debe evitar el uso de esteroides durante los primeros días de la enfermedad; su uso debe estar justificado y relacionado con la saturación de oxígeno y el estado pulmonar del paciente.
Es importante que acudamos al médico en cuanto presentemos cualquier síntoma y que no nos automediquemos, así como retomar el uso cubrebocas y el lavado de manos constante.
Aunque es muy poco probable que vivamos una ola de contagios tan intensa como las del inicio de la pandemia, debido a la alta tasa de vacunación y los conocimientos que hemos adquirido sobre la enfermedad y su tratamiento, debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para prevenir un nuevo brote.