Desde que se dio a conocer el brote mundial de hepatitis infantil aguda, en el mundo han surgido muchas dudas sobre su origen y propagación, sobre todo porque al día de hoy se han registrado más de 350 casos probables en 21 países como Reino Unido, Estados Unidos, Israel, México y Argentina.
Algo que sabemos con certeza, a pesar de la información limitada que tenemos respecto a esta enfermedad, es que no se ha detectado una relación de estos casos con los virus causantes de las hepatitis A, B, C, D y E.
Para estos cinco tipos de hepatitis conocidos ya existen tratamientos y medidas de prevención efectivas, como las vacunas contra la hepatitis A y B, sin embargo, las pruebas de laboratorio han excluido que estos casos se traten de hepatitis virales conocidas, por lo que se han desarrollado algunas hipótesis sobre su origen y propagación.
La primera hipótesis es que estos casos están vinculados con el adenovirus 41, que son virus bastantes conocidos y que suelen provocar síntomas respiratorios, como bronquitis o faringitis; oculares como conjuntivitis; o problemas digestivos, como gastroenteritis.
Esta teoría se ha convertido en uno de los enfoques principales de las investigaciones, ya que alrededor del 70 por ciento de los casos han dado positivo para adenovirus, de acuerdo con la OMS.
Otra hipótesis sobre el origen del brote mundial de hepatitis aguda está relacionada con la Covid-19. Se está estudiando si es que haber padecido Covid, específicamente la variante ómicron, predispone a algunos niños a desarrollar una enfermedad grave cuando se infectan más tarde con adenovirus.
Es probable que el organismo de los niños que hayan superado la enfermedad por Covid haya quedado inflamado, y al entrar en contacto con el adenovirus, provoque que el cuerpo responda de manera poco efectiva contra una infección que normalmente no es grave.
Estas dos hipótesis han sido las principales, aunque se están considerando otras opciones. Por el momento, sólo se trata de teorías; ninguna ha sido comprobada. Aún hacen falta más datos e investigaciones para identificar puntualmente el origen de esta hepatitis aguda infantil.
Diversas organizaciones de salud a nivel internacional, junto con los países afectados siguen recabando datos y realizando varios estudios. Se espera que durante las próximas semanas los laboratorios puedan contar con más evidencias que ayuden a determinar la causa de esta rara enfermedad y que, con base en esos resultados, se puedan anunciar las recomendaciones de prevención, tratamiento y control más efectivas.
Además, es importante recordar que las medidas sanitarias para prevenir estos casos de hepatitis aguda son: el lavado de manos constante; cubrir la boca y la nariz con el antebrazo al toser o estornudar; evitar compartir alimentos, bebidas, cubiertos y platos; y completar el esquema de vacunación contra la hepatitis.
Por último, debemos estar atentos a los síntomas como diarrea o vómito y si hay señales de una coloración amarilla de los ojos o la piel, debemos acudir al médico de inmediato. Hay que mantener la calma, pero permanecer alerta al notar cualquiera de estos síntomas para poder tratarlos a tiempo.