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martes, octubre 15, 2024

No mires pa´rriba vs. Yesterday

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Dos películas de reciente estreno en la plataforma digital Netflix llaman la atención, tanto por lo que las une como por aquello que las separa, e incluso las enfrenta. La primera, Don´t Look Up, dirigida por Adam McKay (The Big Short), es una alegoría de nuestro desamor por la verdad, mientras que la segunda, Yesterday, de Danny Boyle (Trainspotting), es una apología del amor. Aquélla está plagada de estrellas del cine industrial, ésta se sustenta más bien en un guion sensible, salpicado de humor, tomando como pretexto un suceso inédito de escala planetaria. Podríamos pensar que se trata de una ciencia ficción más, una fantasía farragosa. Sin embargo, el director Danny Boyle ha realizado una cinta sencilla, por momentos sublime, la cual evita de manera elegante y divertida la perorata moralista, a diferencia de Don´t Look Up, cuya solemnidad rayana en el aburrimiento apenas se salva por la aparición de Meryl Streep, haciendo mofa del ex presidente copetudo.

Me niego a aceptar los clisés del científico como una mezcla insulsa de Ciro Peraloca y el profesor chiflado, aunque en esta ocasión, por tratarse del melifluo Leo di Caprio, ¡resulta carita! Y, por ende, carne de cañón para el previsible personaje de Cate Blanchet, por más dentadura postiza que se ponga a fin de simular escarnio. La cinta de Boyle no tiene semejantes pretensiones; es ligera e inteligente. En cambio la de McKay es un trabajo presuntuoso, noño y, para colmo, apocalíptico. ¡Ya me imagino a mis amigas astrofísicas mirando con perplejidad cómo la estudiante de doctorado Dibiasky se liga a un vago de la calle! La anodina joven actriz Jennifer Lawrence no parece darse cuenta de que los juegos del hambre ya pasaron, así como el director y comediante McKay se olvida del sarcasmo que exhibió en el programa de televisión Saturday Night Live, y nos receta la cantaleta que ya sabemos de memoria: Sí, la humanidad va a perecer arrastrada por sus peores instintos.

Su burla a los antivacunas, terraplenistas y demás detractores de la ciencia, así como a empresarios ambiciosos, periodistas y políticos corruptos, es una pálida sombra. No deja de ser lamentable, asimismo, la manera como desvirtúa las palabras del astrofísico Stephen Hawking, quien, postrado en una silla de ruedas debido a la enfermedad neurodegenerativa que lo aquejó y, finalmente lo llevó a la muerte, se veía obligado a mirar hacia el suelo. Entonces nos decía: “No se queden mirando sus zapatos, miren hacia arriba, hacia las estrellas”.

Película inverosímil, solemne, moralista, Don´t Look Up contrasta con el ejercicio de imaginación de Yesterday, ya que esta última evade de manera magistral la reprimenda y el castigo. Una de las fallas garrafales de la primera es suponer de antemano que, dado que la ciencia es el instrumento del raciocinio humano más confiable que tenemos para diagnosticar y actuar ante la realidad hostil, cambiante, eso la convierte de manera automática en paladina de la justicia y depositaria de la verdad. Dividir a las personas en los buenos por ilustrados y los malos por ígnaros nos lleva a un callejón sin salida. Convencer antes que vencer. Siempre será mejor contar una historia sencilla que nos haga reír All together now.

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