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miércoles, mayo 21, 2025

Crónica de un crimen que interrumpió la mañanera

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Este martes amaneció con la prisa habitual en la Ciudad de México, pero en cuestión de minutos, la rutina se vio trastocada por la violencia. A las 8:00 am, los primeros reportes comenzaron a circular en redes sociales: una pareja había sido asesinada a tiros sobre Calzada de Tlalpan, a la altura del Metro Xola. Aún sin nombres confirmados, las imágenes hablaban por sí solas: un automóvil impactado, un cuerpo en su interior, el otro yacía a pocos metros, y la cinta amarilla ondeando en el viento.
El crimen pronto adquirió un matiz mucho más oscuro.
Desde Palacio Nacional, durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, un visiblemente nervioso Omar García Harfuch intercambiaba mensajes con el equipo cercano de la mandataria. La tensión era evidente. En un momento, Harfuch mostró su celular al secretario de la Defensa Nacional, Ricardo Trevilla, quien apenas reaccionó al ver el contenido. Sin perder tiempo, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana salió de la sala a hacer una llamada urgente.
Mientras tanto, Paulina Silva, coordinadora de Comunicación Social de la Presidencia, entregaba a la presidenta Sheinbaum una ficha informativa recién publicada por la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, en sus redes: confirmaba el asesinato de su asistente personal, Ximena Guzmán, y de su asesor, José Muñoz.
Al regresar, García Harfuch se acercó a la presidenta. Ambos, con el rostro desencajado, intercambiaron palabras en voz baja, justo detrás del fiscal Alejandro Gertz Manero, cuya expresión adusta no pasó desapercibida. Su semblante, serio y distante, parecía reflejar incomodidad por quedar al margen de la conversación crucial.
Fue entonces cuando un periodista, atento a la escena, preguntó directamente qué estaba ocurriendo. Sheinbaum pidió unos minutos para confirmar la información.
Momentos después, volvió al podio. Respiró. Y leyó la ficha informativa que confirmaba la ejecución de Ximena Guzmán y José Muñoz.
A esa hora, un operativo de seguridad ya se encontraba desplegado en la escena del crimen. Las autoridades buscaban a los responsables, mientras en redes sociales comenzaban a circular los primeros videos del ataque. Un solo tirador, vestido con una chamarra blanca y casco de motociclista, descargó al menos doce disparos. Las cámaras de vigilancia registraron que desde las 7:13 am el sicario ya se encontraba en el lugar, esperando. Veinte minutos después, llegó el automóvil de las víctimas. El asesino se acercó y disparó con precisión letal.
Luego huyó, primero a pie y después, según se supo más tarde, abordó una motocicleta que fue abandonada. Tras dejarla, el sicario se subió a una camioneta azul, la cual también fue hallada abandonada.
La noticia se desdoblaba en X (antes Twitter) con una velocidad vertiginosa. Los usuarios no solo compartían información: tejían hipótesis. Algunos aseguraban que las víctimas venían siendo seguidas desde Coyoacán. Otros relataban que cuatro disparos fueron dirigidos a Ximena. Que José Muñoz alcanzó a descender del vehículo, pero fue alcanzado en la banqueta.
Pronto emergió una versión inquietante: el verdadero objetivo habría sido José Muñoz. Ximena, señalaron algunos, fue una víctima colateral. Él era el enlace clave entre la policía capitalina y el gobierno. Un hombre que manejaba información sensible.
Poco antes del mediodía, Clara Brugada brindó una breve conferencia de prensa. Con el rostro visiblemente afectado, expresó:
“Me siento muy triste por la pérdida de Ximena y Pepe. Ximena era una mujer maravillosa, y Pepe, una de las personas más inteligentes que he conocido.”
La ciudad siguió su curso, pero el silencio pesaba más que el tráfico. El crimen no solo arrebató dos vidas, sino que sacudió el corazón de todo un equipo político.
En X, la conversación se convirtió en duelo. Y en medio del ruido de teorías, versiones y fragmentos de verdad, lo cierto es que hoy, la capital amaneció con sangre en sus calles y un nuevo temor en sus entrañas.
En medio del caos digital, un posteo del periodista Luis Chaparro encendió las alertas: se había detenido a un sospechoso, conocido con el apodo de “El Potro”. Hasta ahora, no se ha dado más información oficial.

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