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martes, abril 23, 2024

¿Qué nos deja a los serranos la muerte de Carranza?

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¿Cómo definir en pocas palabras el carácter y el legado de un hombre a 103 años de su muerte? 

La reciedumbre de su carácter y la firme decisión de no dar marcha atrás en sus convicciones llevaron a don Venustiano Carranza al encuentro con su destino la madrugada del 21 de mayo de 1920 en Tlaxcalantongo. Pudo haber cambiado su decisión y apoyar a Álvaro Obregón en sus pretensiones de convertirse en presidente de México, pero no lo hizo. Con la misma firmeza con la que no quiso negociar el rescate de su hermano Jesús Carranza, que había sido aprehendido por sus enemigos políticos en Oaxaca y que luego fue fusilado por negarse a pagar el rescate que le solicitaban, con esa misma firmeza, Carranza no cedió ante las presiones de los conjurados en el Plan de Agua Prieta y partió de la ciudad de México con rumbo a Veracruz para organizar de nuevo su gobierno. 

Pero la mayoría de los militares le eran adversos y le cambió la suerte. Dejó los trenes en Aljibes y emprendió una marcha, de la que no regresaría, hacia la Sierra Norte. Sereno, altivo como una bandera, sin quejarse, encabezó la cabalgata con sus sesenta años a cuestas y con la certidumbre de que el porvenir le iba a sonreír en cualquier momento. No fue así. Los perros de la traición lo estaban acechando, el cerco se cerraba, la esperanza cabalgaba moribunda a su lado. Como a las cuatro de la mañana del día 21 de mayo, los hombres de Rodolfo Herrero asaltaron el jacal donde dormía el presidente para asesinarlo. Carranza fue herido en una pierna; él se defendió con su pistola, todavía entraron a rematarlo y recibió varios impactos en el pecho. Ahí quedó su cuerpo grande de ranchero norteño entre los brazos de su asistente. Ahí se dispersaron sus sueños de una república civilista. Ahí triunfó la traición y el hombre que tiró la piedra escondió su única mano para negar su culpa. 

Si bien es cierto que Rodolfo Herrero era serrano, también es cierto que varios serranos atendieron con diligencia al presidente constitucionalista en su penosa travesía por la sierra: Luis Tapia Nava en Zitlalcuautla, Tranquilino Quintero en Cuautempan, Ignacio Galindo en Tepango, Heliodoro Picazo en Tlaltepango, Modestita Álvarez en Patla, Juan Córdoba en Xicotepec, entre otros, deben ser recordados por la historia como hombres y mujeres que cumplieron con la clásica cortesía serrana en el momento justo y en una situación adversa. 

¿Qué nos deja a los serranos la herencia de su muerte? El respeto por la norma, el imperio de la justicia, la firme postura de no transar con los que delinquen, esa es ahora y para siempre, la herencia de Carranza. 

Agradezco al exgobernador Miguel Barbosa Huerta y al secretario de Cultura Sergio Vergara Berdejo la publicación de la cuarta edición de la novela “Un mantel oloroso a pólvora” que narra los últimos días de Carranza en la sierra norte y su paso por las haciendas de Zacatepec, Santa Lugarda, Temextla y por los municipios de Libres, Ixtacamaxtitlán, Tetela, Cuautempan, Tepango, Amixtlán, Tlapacoya, Jopala, Zihuateutla y Xicotepec. 

Secretaria de Economía Olivia Salomón, representante del Señor Gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina: en el temple, la gentileza y la honestidad de los serranos encuentra usted la herencia de Carranza. En la aplicación del artículo tercero constitucional y en la celebración del Día del Maestro, en el respeto a la autonomía de los municipios, encuentra usted la herencia de Carranza, esa semilla que se sembró en Querétaro en febrero de 1917. 

Agradezco la invitación de la licenciada Lupita Vargas para la presentación de la novela en Tlaxcalantongo. En ella se narra como Venustiano Carranza indultó a unos presos políticos en Tetela, apoyó la construcción de una escuela en Totomoxtla, ordenó a sus serviciales pagar los destrozos que iban haciendo los caballos en Tlamanca, regaló unas monedas a las señoras que ayudaron a cocinar la comida en Patla, se comprometió en Amixtlán a apoyar con recursos económicos para restaurar una escuela destruida por un ciclón. Sabemos que ya no pudo cumplir esa promesa. Pero usted, señora secretaria, ha dado muestras de cumplir su palabra y de respetar sus compromisos; de esa manera, usted y el gobierno que encabeza Sergio Salomón Céspedes, siguiendo la línea de la Cuarta Transformación, podrán trascender en la historia como lo hizo el Varón de Cuatro Ciénegas. 

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