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sábado, noviembre 23, 2024

Se fabrican culpables

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La estaca en el vientre del viejo conde Drácula, como lo definió magistralmente Mario Alberto Mejía, el director general de Hipócrita Lector, no le hizo nada. 

El pasado lunes, el pleno de la (nada) prestigiosa Suprema Corte de Justicia de la Nación falló en su contra. 

Los once ministros que la integran frenaron el abusivo intento del fiscal General de la República por llevar a prisión a su excuñada Laura Morán Servín, de 95 años, y mantener en prisión a la hija de ésta, Alejandra Cuevas Morán, de 69. Una persecución que duró siete años. 

Sí, el resultado fue unánime: once-cero. 

El golpe parecía devastante. 

Demoledor. 

Apabullante. 

Durísimo. 

Pero el viejo conde Drácula sigue intacto. 

Como si nada. 

Como si no hubiera sido exhibido por el máximo Tribunal del país como un abusador. 

Como si no hubiera acusado injustamente a la mujer que fue pareja de su hermano durante 52 años por supuestas omisiones en los cuidados que debería darle. 

Como si no hubiera inventado un delito contra la hija de su cuñada: el de “garante accesoria”, que simplemente no existe en derecho penal, que la hizo pasar 528 días y 528 noches en la cárcel de Santa Martha Acatitla. 

Como si no se hubiera valido de su posición como fiscal general de la República para ganarse el favor de funcionarios, ministerios públicos y jueces de la Ciudad de México para saciar una venganza personalísima. 

Como si no se hubiera distraído de sus delicadísimas tareas públicas para atender un caso de familia. 

Como si no hubiera dedicado tiempo y recursos públicos para llevar a cabo su vendetta íntima. 

Como si no hubiera dejado al desnudo que, en México, a pesar de los vientos transformadores, se generan acuerdos al margen de la Ley, que se confeccionan delitos y, lo más grave, se fabrican culpables. 

Como si la cosa no fuera con él. 

Ahí, sigue, con su capa de cuello alto. 

 

*** 

 

Y ahí seguirá. 

Hasta que lo decida su jefe: El presidente de la República. 

Ese es el único manto protector que vale en este país. 

Si nuestro conde Drácula cree que esta historia terminó podría errar sus cálculos.  

Faltan otros capítulos por escribirse. 

Tiene tres gravísimos en lista de espera. 

Uno de ellos, quedó en pausa por su vendetta personal: el de la “Extorsión de Estado”. 

Lo adelantó Roberto Zamarripa en su columna del 7 de marzo pasado cuando escribió que “El abogado de `la mafia en el poder´, Juan Collado, de encarcelado (pasó) a verdugo”. 

Collado, contó el autor de Tolvanera, habría documentado el 18 de junio de 2019 la entrega de diez millones de pesos a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), entonces a cargo de Santiago Nieto, diez millones de pesos para que le descongelaran sus cuentas y lo protegieran. 

El mismo los llevó en una maleta a la terraza del Hotel Four Seasons de la Ciudad de México. 

¿Se imaginan una maleta con 10 millones de pesos? 

¿Con 20 mil billetes de 500 pesos? 

¿O con 10 mil billetes de mil pesos? 

Pues eso jura es lo que le entregó a la abogada tamaulipeca María Teresa Guerrero Igartúa estrecha colaboradora de Nieto, primero en la Fiscalía de Delitos Electorales (Fepade) y más tarde en la UIF. 

Dos semanas y media después de la entrega de la maleta, que presenció su hijo Juan Ramón Collado Dot, desde otra mesa de ese desayunadero al que asisten con devoción políticos de todas las corrientes, Santiago Nieto puso una denuncia contra Collado y agentes de la Fiscalía General de la República lo detuvieron. 

Según el relato de Zamarripa: “Ante el hecho, la familia Collado se llamó a engaño. Habían pagado 10 millones de pesos por protección y resultó lo contrario”. 

Pero ese no es el único caso que nuestro conde Drácula deberá resolver. Falta el de la disputa que sostiene con Julio Sherer Ibarra, el hasta hace poco Consejero Jurídico de la Presidencia, quien lo acusó de encabezar una cacería atroz en su contra, una vez que se conocieron lás múltiples colecciones y propiedades del fiscal y se revelaron cuatro audios que confirman que quiso meter mano en las decisiones de la Corte. 

El recomendado de Sherer tiene ahora a su patrocinador contra la pared. “Pretende enviarme al territorio del miedo, el que convierte todos los ruidos en gritos, todas las sombras en amenazas y a todos sus `enemigos´en blancos de la `justicia, su justicia”, escribió Sherer. 

A estos dos últimos casos, súmele que nuestro conde Drácula tendrá que enfrentarse a otra durísima prueba y demostrar si mantiene o no sus filosos colmillos: sentar en el banquillo al ex presidente Enrique Peña Nieto y a quienes fueron sus secretarios de Defensa y Marina: Salvador Cienfuegos y Vidal Francisco Soberón Sanz, respectivamente. 

¿La razón? 

Los tres personajes habrían entorpecido y obstruido las investigaciones del caso Ayotzinapa investigado por otro personaje terrorífico: el entonces procurador Jesús Murrillo Karam. 

Han pasado ocho años del atroz suceso en el que fueron asesinados y calcinados 43 normalistas y ni la verdad ni la justicia llegan. 

Las almas muertas siguen impasibles su desfile y se pregunta: ¿no que eran distintos? 

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