¿Se imaginan que el régimen de Adolfo Hitler respondiera que el despiadado asesinato de más de seis millones de judíos no existió y que todo fue una grilla?
¿O que la destrucción de Ucrania, en la que tanto empeño pone hoy en día el tirano ruso Vladimir Putin, es una grilla?
¿O que El Chapo Guzmán, preso en Estados Unidos por inundar de droga ese país (y varios más), así como de ser el responsable de incontables muertes, contestara que nada de eso es cierto, que es pura grilla?
Que el príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel II de Inglaterra, replicara a las acusaciones sobre su participación en orgías con menores de edad que se trató de una simple grilla.
¿O que Boris Johnson, el primer ministro inglés, sostuviera que las borracheras que celebró en el número 10 de Downing Street fueron una grilla de los Laboristas, interesados en derrocarlo?
¿O se imagina que Genaro García Luna, el poderosísimo secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Felipe Calderón, señalara que las acusaciones de haber recibido dinero de los cárteles de la droga son una grilla de los organismos estadunidenses que quieren manchar su gloriosa reputación?
¿O que Cristina Fernández de Kirchner, la ex presidenta de Argentina, hoy vicepresidenta, acusada y bajo proceso en 14 causas penales, entre ellas de ser la cabeza visible de una asociación ilícita, sostuviera que es víctima de la grilla?
¿O que Enrique Peña Nieto contestara que en su administración hubo un escrupulosisímo manejo de los recursos públicos y que ni él ni nadie de su familia o de su gobierno tocó un solo centavo del erario y que todo lo que se diga es mera grilla?
Que René Bejarano nos contara que meterse fajos de billetes en las bolsas del saco y llevarse hasta las ligas no fue más que una grilla.
¿O se imaginan que la Sheinbaum buscara convencernos que la Línea 12 del Metro fue construida con los más altos estándares de calidad y que el colpaso y muerte de 27 personas no son más que una grilla?
No.
No hubo grilla en ninguno de esos casos.
Son reales.
Pero ninguno de sus protagonistas fue tan bajo para tratar de ocultar la realidad con un pretexto tan torpe como ruin.
Simplemente no cuela.
Porque entonces a las acusaciones en contra de todos estos personajes habría que agregarle una poderosísima carga de cinismo.
***
Todo esto viene a cuento porque Ignacio Mier Velazco, el coordinador de los diputados de Morena en San Lázaro, no tuvo el más mínimo empacho en decir que las investigaciones en donde su nombre se repite una y otra vez en una trama de lavado de dinero y evasión fiscal por 427 millones de pesos no son más que grilla, grilla local.
Y que los autores de esa grilla en su contra tienen nombres y apellidos: Santiago Nieto, el ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera; Miguel Barbosa, el gobernador de Puebla; el senador morenista Alejandro Mier y Gilberto Higuera Bernal, el fiscal General del estado de Puebla.
Mier Velazco juró que presentó (aunque a nadie consta) una denuncia ante la Fiscalía General de la República contra quienes “atacan sistemáticamente al Movimiento de Regeneración Nacional y a personas que les son contrarios a sus intereses económicos, políticos y personales”.
Qué extraño todo.
Lo que Mier Velazco quiso decir es que, si las autoridades meten las narices en sus asuntos, en sus negocios y los de su familia, en sus intereses políticos, que los tiene y a montones, entonces se meten con Morena.
Que atacan al Movimiento de Regeneración Nacional y a él, su mismísimo Verbo Encarnado.
Resulta más que evidente, que el complot del que se dice víctima el diputado Mier Velazco no tiene otro objetivo que llegar a la verdad con apego a la ley.
Conocer el origen de los 427 millones de pesos que se movieron a través de 32 de empresas en nueve países nada tiene que ver con grillas o complots.
Tiene que ver con un ejercicio de transparencia y honestidad.
Si Mier Velazco está tan seguro que todo es una grilla, ¿por qué entonces no pide licencia y permite que concluyan las investigaciones?
Entorpecer, obstruir, o de plano estorbar a la justicia no deberían ser sus cartas credenciales en un gobierno que busca acabar con la corrupción y la impunidad.
Que Mier Velazco deje la grilla como mecanismo de escape y asuma sus responsabilidades.
Que igual alguna tiene.