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jueves, febrero 6, 2025

La Constitución es mi libro favorito

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La Constitución Mexicana se considera vanguardista y una aportación jurídica al constitucionalismo universal, ya que fue la primera Constitución de la historia que incluyó derechos sociales producto de las demandas de aquellos que protagonizaron la Revolución. Nuestra Constitución fue promulgada el cinco de febrero de 1917, por Venustiano Carranza, después de dos meses de discusiones en el Congreso Constituyente. 

Han pasado 108 años de la promulgación de la Constitución y desde entonces ha tenido más 827 reformas, pero una de las más recientes e importantes es la que establece el sistema de elecciones directas para personas juzgadores del Poder Judicial de la Federación y los Estados. Hoy, a pesar de todas las controversias, la reforma judicial es una realidad que se verá materializada el próximo primero de junio. 

Pero, dejando de lado la polémica de la reforma judicial, creo que la renovación del PJF puede acercar la Constitución a toda la gente. Las nuevas personas juzgadoras tendrán la oportunidad histórica de cambiar la visión y el sentir (hoy bastante desgastado) de la población respecto a la impartición de justicia en México, y para lograr este objetivo tiene el deber de emitir resoluciones en un lenguaje accesible sin términos técnicos complejos y me atrevería a decir que hasta aburridos; llevar a cabo procedimientos breves con los ajustes razonables necesarios para cada caso; prescindir de formalismos innecesarios y, en general, hacer una justicia más humana. 

Suena muy bonito decir que nuestra Carta Magna es una aportación al constitucionalismo universal, pero, ¿cuántas personas saben que significa esa frase? La Constitución y el resto de las leyes mexicanas están redactadas de forma complicada y apenas comprensible para los abogados y abogadas, por lo tanto, la mayoría de la población tristemente desconoce los derechos que les otorga. 

Como apasionada del boxeo me llamo mucho la atención la frase que el escritor Juan Villoro citó en su artículo publicado (“La Constitución para Principiantes”) del boxeador Rubén El Púas Olivares, cuando fue candidato a diputado, quien dijo: “ya leí la constitución y está bien chingona”. 

Concuerdo totalmente con esa frase y podría decir que la Constitución es mi libro favorito, pues nos dota de derechos sociales que lamentablemente mucha gente no conoce, basta con leer el contenido de artículo 4º, para saber que hombres y mujeres somos iguales ante la ley, que toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad garantizada por el Estado; o que tenemos derecho a un medio ambiente sano para el desarrollo y bienestar, también, garantizado por el Estado, entre otros muchos derechos. 

La labor primordial de las personas juzgadoras federales que resulten electas en este nuevo sistema es proteger la Constitución y los derechos que de ella emanen, así como garantizar que las demás autoridades respeten los derechos humanos de todas las personas, pero desde un enfoque real, humano y con conciencia social, desapegada del rigor técnico, y con esto no quiero decir que se pasen por alto las formalidades esenciales que todo procedimiento debe tener. 

Sin embargo, considero que entender que cada expediente que se tramita en un juzgado o tribunal no es un número más parte de una estadística, sino una mujer que fue violentada, un padre que perdió su patrimonio, un niño que requiere atención médica y en general personas que acuden a pedir justicia, cambiaría por completo esa lejanía que tiene la población al sistema judicial mexicano y con los derechos que los protegen, se lograría que más personas pensaran que la Constitución es su libro favorito. 

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