Una vez más, el Consejo Coordinador Empresarial en Puebla, apoyado por el DIF municipal de la capital, pretende tomarle el pelo a los poblanos bajo la engañosa estrategia de la donación. Liliana Ortiz Pérez, presidenta del DIF municipal, e Ignacio Alarcón Rodríguez, gerente de la IP poblana, presentaron los Premios CCE que tienen como finalidad reconocer el desempeño de empresarios poblanos en 16 categorías diferentes. Dicho evento fue vendido con el pomposo título de “el evento empresarial más importante del año”. En los diferentes medios de comunicación locales se reprodujo la noticia de que con las ganancias de ese evento se construiría una Clínica de Rehabilitación Post-Covid, que atenderá a 14 personas diariamente. Al leer los encabezados, los integrantes de esta H. Redacción alzamos las cejas en señal de desconfianza por tan generosa aportación del sector que tiene tatuado el lema: “Empresario rico, empresa pobre”. Y no estábamos equivocados. Al leer las letras chiquitas del comunicado emitido por el organismo empresarial descubrimos que del total de dinero recaudado por el evento solo se destinará el 30 por ciento a dicha unidad médica. (¡Uy qué aportación tan generosa!). El mismo comunicado reprodujo el sentir de Liliana Ortiz, al señalar que “gracias al apoyo que el Consejo Coordinador Empresarial destine al SMDIF, abonará a la iniciativa” de construir la clínica. ¿Abonará? Según la Real Academia de la Lengua, “abonar” significa: “1. tr. Acreditar o calificar de bueno. 2. tr. Salir por fiador de alguien, responder por él”. Ninguna de las dos definiciones cumpliría con los objetivos de la donación. Así que nos inclinamos a creer que fue un lapsus del CCE a partir de su espíritu abonero, es decir, aquella persona acostumbrada a cobrar en partes o abonos. Eso sí aplica a los barones de la IP. Pero, aun así, hay varias preguntas sin responder: ¿No que con ese dinero iban a construir la clínica? ¿Entonces, los empresarios pagarán sólo unos cuantos ladrillos y saldrán a pararse el cuello con la obra que realiza el DIF Municipal? ¿A honras de qué doña Liliana le anda haciendo el caldo gordo a los gerentes de la IP? ¿En serio nada más el 30 por ciento? ¿No se puede el 100 por ciento? ¿O, bueno, ya entrados en gastos el 70 por ciento para que con el restante paguen los gastos del evento? La cifra planteada y la engañosa forma de vender la donación solo confirma que los eventos altruistas de la IP son una vacilada. Pero qué se le va a hacer con un sector que ante la emergencia sanitaria más grave de la historia reciente solo fue capaz de dar cubrebocas y gel en lugar de cooperar para comprar ventiladores, insumos y medicamentos. (Ah, pero qué tal invitaban a los medios para que les sacaran la foto entregando sus cubrebocas de dos pesos).
Propuestas para investigar
Ahora que el gobernador Miguel Barbosa Huerta anunció que realizarán una investigación sobre las ligas del Rey del Outsourcing, Sergio Castro López, con los gobiernos estatales pasados bien valdría la pena comenzar con todos los hombres que se enriquecieron en el sexenio de Mario Marín Torres, un gobierno que por mucho fue un lastre para la entidad poblana. Si hubo un empresario consentido en esa administración ese fue Castro López. Hasta dónde habrá llegado el nivel de complicidad que su empresa IDN se convirtió en accionista del Club Puebla, el equipo de mil amores del oriundo de Nativitas. El Rey del outsourcing era un convidado permanente en las mesas de los hombres más poderosos del marinismo. Todos sabían a lo que se dedicaba y muchos pusieron sus fortunas en sus manos. Ahora que el gobierno del estado de la 4T cuenta con su Unidad de Inteligencia Financiera bien podrían hacer una revisión a las cuentas de la burbuja marinista y veremos la sorpresa que se encuentran. Hasta The New York Times documentó los pasos de Sergio Castro, quien por cierto tenía como uno de sus preferidos a cierto político que se acomodó en la Secretaría de Relaciones Exteriores.