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viernes, noviembre 22, 2024

8M: cuidar un inmueble

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Este 8M, la H. Redacción quiere hacer suyas las palabras del Subcomandante Marcos, pronunciadas el 4 de enero del 2009, con motivo del Sexto Viento: Una nueva digna rabia, y que siguen siendo muy vigentes a más de una década de distancia.   

“Desde los inicios de nuestro alzamiento, nos llamó la atención la simpatía y el apoyo que recibíamos, y afortunadamente seguimos recibiendo, de 4 sectores de la población: de los indígenas, las mujeres, los jóvenes y jóvenas, y de homosexuales, lesbianas, transgénero, transexuales, principalmente, aunque no sólo, trabajadores y trabajadoras sexuales. 

“Y desde entonces nos hemos esforzado por encontrar las razones o motivos que nos daban este privilegio. 

“Poco a poco hemos ido entendiendo, no sé todavía si acertamos, que es porque tenemos en común esto de ser ‘otros’, ‘otras’, excluidos, perseguidos, discriminados, temidos. 

“Como si se hubiera impuesto una normalidad o un estándar, con sus clasificaciones y anaqueles, y todo lo que no entrara en esas clasificaciones fuera puesto en un archivero cada más abultado, marcado con el letrero ‘lo otro’. 

“Por supuesto que estas clasificaciones son también calificaciones, y con ellas viene una serie de códigos culturales y pautas de comportamiento que deben ser cumplidas. 

“Una especie de manual de supervivencia que el ser humano no recibe encuadernado, sino que lo asimila por dosis, la mayoría de las veces, brutales, en el largo o corto trayecto de su maduración, es decir, de su domesticación. 

“Hagan de cuenta como un folleto de ‘¿Qué hacer en caso de…?’ 

“Y así, no escritos pero evidentes y omnipresentes, habría folletos de ‘¿Qué hacer frente a un indígena?’, o ‘¿Qué hacer frente a una mujer?’, o ‘¿Qué hacer frente a una joven o un jovena?’, o ‘¿Qué hacer frente a un homosexual, una lesbiana, un transgénero, un o una transexual?’ 

“Claro que no son un proyecto editorial, pero están tan difundidos que su publicación haría millonario a cualquiera. La colección podría llamarse ‘Sea una persona normal’ y sacarse en fascículos coleccionables. 

“Pudiera pensarse que cada uno de estos manuales de ‘educación’ o ‘supervivencia en la normalidad’ tiene sus especificidades, y las tienen. Pero también tienen cosas en común: 

“¡Desconfíe!’, ‘¡Desprecie!’, ‘¡Discrimine!’, ‘¡Agreda!’, ‘¡Búrlese!’ serían alguna de ellas. 

“Y en sus especificidades podríamos encontrar: 

“El folleto de ‘¿Qué hacer frente a un indígena?’ podría dar detalles, por ejemplo, diría: ‘Mire de arriba abajo, de modo que esa cosa que tiene enfrente sepa quién manda y sepa que no todos somos iguales, sonría burlonamente, haga chistes sobre la forma de hablar o de vestir de la cosa ésa. ¿Su valor?, vale menos que un pollo’. 

“Y el de ‘¿Qué hacer frente a una mujer?’ diría: ‘Si usted es hombre mírela como lo que es, como un objeto, como una puta con dueño o sin dueño todavía. Si usted es mujer, haga lo mismo. Valórela en sus posibilidades de uso sexual, fuerza de trabajo o elemento decorativo. Agrédala. Si está buena, manoséela, tómela, hágala suya, o al menos inténtelo, si es necesario el uso de la fuerza no lo dude, empléela. Que ese objeto que tiene sepa quién manda y que sepa que no todos somos iguales’. 

“No hay que temer decirlo; este manual está sumamente extendido y es practicado con entusiasmo en el sector de varones o machos que decimos estar abajo y a la izquierda. Silenciarlo, ocultarlo, no nos exime de la culpabilidad ni exorciza el fantasma de que a veces nos parecemos demasiado a los que decimos combatir. 

“Y el folleto de ‘¿Qué hacer frente a un joven o jovena?’ diría: ‘En primer lugar asuma que se encuentra usted frente a un delincuente en activo o en potencia. Además de barros y espinillas, la cosa ésa tiene tendencias naturales al vandalismo y la violencia. Asuma también la ventaja que usted tiene en los calendarios, algo que la cosa deberá entender. No se preocupe por su rebeldía, se le pasará cuando el calendario, con ayuda de la policía, haga su trabajo’. 

“Y en el folleto de ‘¿Qué hacer frente a un homosexual, una lesbiana, transgénero o transexual?’, se leería: ‘Asuma usted que está frente a un criminal enfermo, así que aléjese (no se ha descartado que la putería sea contagiosa), si los tiene, mantenga a sus hijos alejados. En casos extremos acuda a su confesor de cabecera (nota: a falta de éste, un miembro del PAN, o de cualquier partido de derecha, puede servir)’: 

“Digámoslo: no sólo frente a las mujeres, también frente a las diversas preferencias sexuales, la izquierda es profundamente machista. 

“¿Y los zapatistas, las zapatistas? 

“Tal vez estamos igual o peor. En el mejor de los casos nos falta un buen. 

“Pero con un empeño en aprender y, sobre todo, con los espacios que nos posibilitan esos aprendizajes y con las maestras, maestros y maestras: ustedes. 

“En los relatos que hemos ido soltando a lo largo de estos años, hemos tratado de mostrar nuestra realidad en esto, nuestra fallas y carencias, pero también nuestros ‘modos’ para tratar de superar las unas y las otras. 

“Frente a las diferencias sexuales, ha sido más fácil. Tal vez porque llegamos menos domesticados”.  

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