Dos hechos insólitos marcaron el último día de audiencias del juicio que enfrenta Javier López Zavala relacionado con el feminicidio de Cecilia Monzón:
Uno: Minerva Sánchez Castillo, abogada de la familia, durante estos tres años y medio, anunció que dejaba de fungir como tal y abandonó la sala.
Dos: el agente del Ministerio Público, Raúl Maldonado Zurita, reconoció que carecía de las “pruebas claras y contundentes” que decía tener (videos, audios y fotos) de Jair N y Silvestre N, supuestos asesinos materiales, y deslizó ante la jueza que “mañana” (es decir, hoy, día en que se dictarán las sentencias) buscaría presentar “pruebas circunstanciales”.
Hay que decir que el periodo de pruebas y alegatos ya concluyó, por lo que dichas pruebas —construidas en función de indicios y supuestos— ya no tienen cabida en el juicio.
Por cierto: la abogada de la familia Monzón regresó al final de la última audiencia (que concluyó anoche) sólo a recoger sus pertenencias.
Su lugar en la audiencia final lo ocupó su joven e inexperto pasante: Héctor Adrián.
Varias cosas desaparecieron a lo largo de los ocho meses que duró el juicio:
Los testigos clave (que se negaron a ratificar sus declaraciones), las pruebas “claras y contundentes”, Tonatiuh Gutiérrez (el MP denunciado ante la FGR por realizar un montaje de pruebas y testigos falsos en contra de López Zavala) y la abogada de la familia Monzón.
Después del mediodía de este martes se espera que los tres jueces que han llevado el caso den a conocer las sentencias.

