Rosalía Pontevedra
“Nunca salgas de casa sin las matemáticas”, le gustaba decir a Claudi Alsina. En uno de sus múltiples libros de popularización (Geometría para turistas, 2009) logra convencernos de que todo viajero es un turista y viceversa, pues ambas personas pertenecen al mismo conjunto, el de los curiosos.
El viaje inicia en cuanto salimos de nuestra habitación, todo lo demás es turismo, cosa que acarrea sus peligros. ¿Qué sería de nosotros si no conociésemos algunos trucos numéricos?, se pregunta Alsina.
Lo mejor de la mayoría de los viajes, asegura, es el antes y el después, esto es, la preparación y los recuerdos. Y con ironía cita a Regina Nadelson: “La realidad del viaje tiene más que ver con la pérdida del equipaje”. Nos da tips para disfrutarlo: Haz la maleta y fija un presupuesto. Luego, deshazla, saca la mitad de la ropa y duplica tu presupuesto.
Invita a quienes piensan en su próxima excursión como una aventura, donde la improvisación debe jugar un papel clave con la esperanza de hacerlo más interesante, a que desistan. Y no solamente por razones prácticas, sino por motivos estéticos, emocionales.
Visitamos el Museo del Prado y nos acercamos con dificultad entre el gentío para admirar el célebre cuadro de Las Meninas. ¿Vamos a realizar todo ese esfuerzo para marcharnos sin conocer los fascinantes secretos que contiene dicha pintura fantástica de un impresionante realismo? Resulta triste. Lo mismo sucede con la Catedral de Gaudí, para gozarla siguiendo los consejos de dónde y cómo mirar esa magnífica estructura. La torre Eiffel, las cúpulas bulbiformes de las iglesias rusas, las pirámides mayas y la arquitectura de Machu Picchu, son todas joyas que guardan secretos fáciles de descubrir y que nos harán más placentero nuestro periplo.

Desde muy joven se interesó en las relaciones numéricas, geométricas, estructurales, funcionales que definen nuestras vidas. Apasionado de los números, escribió más de cincuenta libros, uno más divertido que el otro. Entre ellos, Los matemáticos no son gente seria (2000), Vitaminas matemáticas (2008), El club de la hipotenusa (2008) y Mateschef (2015).
En el libro de marras, Alsina desmenuza objetos que muy probablemente pasan por nuestras manos cuando viajamos. Tal es el caso del billete con valor de un dólar norteamericano, toda una leyenda en sí mismo. Tal trozo de papel sellado contiene variedad de relaciones geométricas de carácter esotérico, lo cual ha generado desde el siglo XVIII especulaciones de toda clase.
Se refiere a la rampa helicoidal del Museo de Ciencias en Barcelona, ideado y echado a andar por el notable escritor científico, Jorge Wagensberg. En un sitio donde todo es transparente, desde esta amigable pendiente puede observarse el diseño modular de los diversos espacios del museo lleno de insinuaciones lúdicas e imaginación alrededor del conocimiento.
Alsina tuvo especial gusto por las ecuaciones funcionales, por la naturaleza de la visualización y la lógica difusa. Su compromiso social lo llevó a empujar el pesado carromato de la educación de los jóvenes de Catalunya cuando ejerció como director general de Universitats. Sus consejos ayudaron a elaborar la primera ley de universidades de Catalunya.
Claudi Alsina i Catalá, quien falleció el 16 de noviembre de 2025 en Barcelona, compartió con nosotros la fórmula de la felicidad de Albert Einstein:
F = x + y+ z, donde x es trabajo, y el azar y z el silencio. Dicho de otra manera: trabajar, buscar y callar.

Rosalía Pontevedra
Escritora de ciencia, radica en Madrid.


