Las metas aritméticas que, desde mucho antes del arranque formal del proceso electoral concurrente, se plantearon la presidenciable Claudia Sheinbaum Pardo y el ahora virtual gobernador electo, Alejandro Armenta, las cumplieron con precisión rigurosa e incluso con ganancia. No fallaron.
Dos millones de votos se propuso el poblano abonar para la causa de la primera mujer que llegará a la Presidencia de la República en México, y que ella también respaldó.
Al cierre de esta entrega, el Programa de Resultados Electoral Preliminares (PREP), del Instituto Nacional Electoral (INE), ha contabilizado 93.9290 por ciento de las actas de la elección presidencial en Puebla. La exjefa de Gobierno suma, hasta el corte de las 18:00 horas del lunes, 2 millones 058 mil 308 votos en el estado.
Hasta donde la memoria personal me lleva, no hay una referencia de esa exactitud en un resultado electoral, entre lo que se consiguió y lo que se planteó.
Los políticos, y más cuando son candidatos, deben ponerse metas altas, pero más todavía, deben cacarearlas a los posibles electores, para generar confianza y un ánimo triunfalista, aunque en la intimidad de sus equipos sepan que es imposible conseguirlas.
Con Claudia Sheinbaum y Armenta no resultó así y las expectativas se cumplieron, aunque parecía complicado conseguir la referencia aritmética que se plantearon y que, por cierto, también se ha concretado en el caso de Alejandro Armenta, quien se ha proyectado que obtendrá alrededor de 1.8 millones de sufragios.
Miremos lo ocurrido, desde el retrovisor.
En octubre de 2023, los dos, por separado, en entrevistas con este reportero, fijaron la meta de los 2 millones.
“Digo que, en equipo, nosotros le podemos aportar a la doctora Claudia Sheinbaum, en equipo, en unidad, dos millones de votos (…) Creo que soy el que más se puede acercar a ellos. No me gustaría presumir, pero es una labor de conjunto”, dijo Armenta entonces.
Días antes de esa declaración, también en entrevista, Claudia Sheinbaum hizo su pronóstico de votos para nuestra entidad:
—En 2018 el presidente, aquí, obtuvo un millón 800 mil votos, vamos a llamarle simpatías para que el INE no diga nada, pero usted, ¿cuántas simpatías cree que debe haber en Puebla para lograr esa mayoría calificada? —fue la pregunta.
—Pues vamos a ponerle unos dos millones, esa es la meta.
—Difícil… —fue la réplica.
—No, imagínate, si lo tuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador en el 18, con la aprobación que tiene hoy el presidente y, además, aquí preguntas con qué partido estás y Morena está por los cielos en Puebla, entonces no, no veo difícil, lo importante es estar organizados para poderlo conseguir.
El tercer pronóstico de Sheinbaum sobre Puebla vino en una nueva conversación, que tuvo lugar en Huixquilucan, Estado de México, luego de una de sus asambleas.
Dijo la presidenciable que era “factible el carro completo” en la referencia de ganar la elección presidencial en el estado, la gubernatura, las principales alcaldías y toda la competencia por los cargos legislativos locales y federales.
Reiteró ese llamado en Puebla, en su cierre aquí el pasado 25 de mayo: “Ganemos la Presidencia de la República, la gubernatura de Puebla, el Senado de la República para Puebla, las diputaciones federales, las diputaciones locales y la presidencia municipal de aquí, la presidencia municipal de Puebla…”.
Las cifras ya son oficiales. Los cómputos confirman las metas cumplidas, de Sheinbaum y Armenta en Puebla.
¿Tienen acaso una bola de cristal parar mirar el futuro? ¿Sus encuestadoras son muy precisas (es ironía, porque ninguna lo fue)?
Algunos amanuenses escribieron que dos millones eran imposibles de conseguir. Se equivocaron.
En cambio, la próxima presidenta y el próximo gobernador fueron precisos.
Se llama trabajo matemático y trabajo en campo. No falla.