14.8 C
Puebla
jueves, noviembre 21, 2024

Claudia Sheinbaum y los delfines de Tercer Grado

Más leídas

Claudia Sheinbaum fue a Tercer Grado.

Salvo Raymundo Riva Palacio y Leo Zuckermann, los demás parecían pasmados, nerviosos, temblorosos como la hoja de un ficus en el verano.

Este programa fue una metáfora inquietante sobre la prensa y el poder.

La doctora Sheinbaum impuso su ritmo como si ya fuese presidenta de México.

Se le vio bien parada, segura de sí misma.

El reto era grande.

Frente a ella estaban algunos de sus críticos más duros.

El morbo nos llevó a ver el programa en las altas horas de este lunes de mayo.

Varias cosas me llamaron la atención:

El silencio doblado de balido ovejero de Denise Maerker, Genaro Lozano y René Delgado.

La estupefacción de Sergio Sarmiento.

Y el enojo, indudable, de Riva Palacio y Zuckermann.

Estos últimos fueron atajados por Sheinbaum en varios momentos.

Y a su manera —y como ella quiso—, les corrigió la plana.

Maerker y Lozano, mientras tanto, miraban al vacío como nunca se les había visto antes, muy lejos de la actitud crítica que mantuvieron la semana pasada ante Xóchitl Gálvez.

Recordé a Andrés Manuel López Obrador enfrentando a los periodistas de Tercer Grado en 2018, cuando el elenco estaba formado, entre otros, por Carlos Loret de Mola, Ciro Gómez Leyva y Joaquín López Dóriga.

Nada que ver con lo que ahora vimos.

La cuasi presidenta de México nadó en un mar de tibieza propiciada por su gesto de autoridad.

El hoy presidente, en cambio, sorteó hábilmente los navajazos que le obsequiaron los arriba citados.

Los rostros de este lunes fueron patéticos.

Una imagen de frustración generalizada apareció ante los telespectadores.

Y entre ellos, sin perder el estilo, la doctora Sheinbaum lució como si ya estuviera sentada en la silla del Águila.

No faltaron quienes la calificaron en las redes como soberbia y prepotente.

(Esas voces hablan desde la frustración y su adicción a Xóchitl Gálvez).

El largo cuello de la candidata de Morena se levantó de entre las caras caídas y las caras sumisas.

Qué imagen tan poderosa.

Se metió en un mar de tiburones y se topó con fieles y sumisos delfines.

Notas relacionadas

Últimas noticias

spot_img