Lo malo: En varias ocasiones puntuales he manifestado en programas y escritos que el técnico del América, Sr. Jardine, no me gustaba. Algo tenía en decisiones puntuales, más allá de su campeonato y de la gran cantidad de puntos obtenidos en los dos últimos torneos, que no me daba confianza, como otros muchos, sin los éxitos cuantificables de este técnico brasileño, sí me la otorgan.
En momentos cruciales, sus planteamientos, su mensaje hacia los jugadores y su actuar no han sido de lo más lúcido, como aquella semifinal contra San Luis, con un cuadro y una poca disposición de su cuadro y que a punto estuvieron de perder la serie en su estadio. Bueno, de ese tipo de momentos son varios que le tengo marcado y, en total, los 180 minutos contra Pachuca no fue afortunado, o la diosa fortuna no estuvo de su lado.
Una explicación puntual a lo que comento no la tengo y los resultados, quitando la eliminación en Concachampions, no me dan la razón, pero la comezón o desconfianza que me da la tengo.
Lo del martes, ante un equipo que ya lo tomó de cliente, no supo cómo quitarse la dinámica que el rival puso en la cancha y tampoco supo proteger los embates ofensivos que el rival le provocó, todos con mucho porcentaje de gol en contra.
Sí tiene el mejor plantel, sí es el que más tiempo preocupa a sus rivales, sí es el que quedó como líder, sí es el que tiene el mejor once inicial y sí tiene, en lo individual, a siete u ocho jugadores top 10 en la liga, pero todo esto no sirve cuando te enfrentas al Pachuca, que corre más que todos y que tiene en tres jugadores el peso del equipo.
Con esta fórmula puesta en práctica por 95 minutos fue suficiente para eliminar al rival, que por máxima de su dueño no puede suceder: el América no compite, el América tiene que ganar todo, so pena de sufrir consecuencias. Ahora en la liguilla que se avecina, de las dos sopas una ya se acabó: o es campeón o perderá su trabajo.
La Peor: A casi una semana de firmar el peor ridículo de su historia, el Puebla, que había anunciado, terminado su último juego contra América, que venían decisiones importantes al otro día y nos salen que a tres jugadores que se les acabó el contrato se les daba las gracias.
Yo esperaba que la gente que ostenta en sus puestos directivos fuerza para ejercer el poder y tomar decisiones puntuales y que marquen otro camino del equipo Puebla, tomando el nombre de un estado que puja por ser de los cinco más importantes del país y que en seis días cumplirá 80 años, pues esa gente solo nada de muertito, no se compromete, no decide, no arriesga, no tiene autocrítica, no da la cara, apostando que las nuevas noticias que se dan día a día, hagan olvidar su no hacer.
Pasará el tiempo pertinente para ellos y sin remedio, por medio de un comunicado en redes sociales anunciarán la llegada y salida de “X” jugador y todo seguirá lo que le sigue de PEOR en esta situación.
Como aficionado y amante del Puebla, desde hace 61 años, espero un cambio radical con el nuevo gobierno que viene.
El que termina su mandato los puso en cintura en cuanto a la concesión del estadio; no podía ser de otra manera. Hoy las cosas han cambiado: las televisoras ya no pueden poner o quitar gobernantes, esta fuerza que tuvieron por muchos años, se terminó.
Sí, lucharemos por ser el quinto lugar en importancia del país, el deporte profesional como ancla para crear identidad y sentido de pertenencia, y el amateur como ancla para obtener valores, disciplina y salud, pegados con la cultura y siendo la principal arma contra la delincuencia, tendrá que ser un tema primordial en la agenda.
¡Puebla está para luchar, competir, ganar o perder con gallardia!
¡Puebla no está para ridículos. Puebla está para los poblanos!
