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jueves, noviembre 21, 2024

Armenta: Sembremos agua

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En estas elecciones definiremos también los programas que aseguren el manejo óptimo del agua en todas sus facetas de intervención en la vida de los poblanos.

La administración racional de los recursos hídricos es, en efecto, una de las principales decisiones de los poblanos y el próximo gobierno, habida cuenta de su real escasez.

El camino inteligente señala como fundamental la reconciliación de quienes vivimos en Puebla, con la madre naturaleza y la reproducción del agua, para que sea inacabable. Nunca en las preocupaciones individuales o colectivas estuvo presente el fantasma de que, algún día, no habría, ni estaría el agua, disponible para nuestro consumo. Ahora lo está.

El aumento del consumo del agua en todas sus variantes y la contaminación que, a propósito hemos hecho de ríos, lagunas y mares, reta ahora la inteligencia humana, como la prioridad mayor en la agenda de las decisiones ineludibles, se agregan también los efectos negativos del cambio climático.

El problema es grave. La sequía es un fenómeno natural y humano, porque hemos metido la mano en el mal manejo del agua. A la vista están lagos y lagunas secas completamente, ríos con un cauce mínimo y contaminado al máximo.

No entender esta circunstancia, como vital para sobrevivir, como individuos y como sociedad, es una omisión que traspasa los límites de la irresponsabilidad, conlleva a la traición al propio ser humano.

Y muchos ni siquiera admiten la escasez del agua como una verdad irremediable, si continuamos con la apatía y la indolencia como centros del miedo, que debería invadirnos, cuando conozcamos los riesgos y los costos, que tenemos que pagar por buscar mayores disposiciones de agua y mantenerla disponible para el consumo humano.

El ahorro en el consumo del agua, la reconstrucción de las líneas de conducción agotadas por el tiempo y la mala calidad con la que están hechas, pero sobre todo, la real escasez con la que la naturaleza nos ofrece el agua, son costos reales para la sobrevivencia.

“Sembremos agua”, dice Alejandro Armenta. Me sonó diferente a todas las estrategias que he conocido sobre el manejo y uso del agua.

Su decisión es innovadora al comprometerse a encabezar un programa que incremente el margen de maniobra y aumente la cantidad de agua disponible para los usos humanos y objetivos económicos, en especial, preserve la reproducción de los recursos hídricos.

Alejandro Armenta nos invita a pensar que, para que exista agua disponible para el consumo humano, la decisión ya no depende de la naturaleza. Es de la sociedad porque, disponerla, depende del manejo inteligente de los recursos disponibles, su saneamiento y su conservación planeada y deliberadamente comprometida con el ahorro en el consumo, con la reposición de sus mantos acuíferos y la corrección de los sistemas que la disponen para el consumo.

“Sembremos agua” es el más ambicioso proyecto que pondremos en marcha los poblanos y las poblanas para eliminar las dificultades de una paradoja que se antoja fantasiosa.

Aumentar el recurso, asegurar su consumo y reproducir el agua. Esto es posible, por el avance científico y tecnológico, pero como dice Armenta, será viable, porque cambiaremos nuestros criterios y conocimientos de la realidad de la escasez del agua en la que ya, los poblanos, debatimos, nuestra existencia diaria.

Por cierto, el proyecto incluye, la recolección del agua de lluvia y dirigirla hacia dos destinos: el consumo familiar y la conducción segura hacia el subsuelo, para que podamos seguir produciendo agua.

“Sembremos agua”. Es cierto Dios nos da el agua, pero no la entuba y la irracionalidad en su consumo la disminuye. Es un problema de todos los días que no debemos heredar a nuestros hijos.

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