16.3 C
Puebla
jueves, noviembre 21, 2024

La agenda ausente

Más leídas

La polarización política ha caracterizado a la política occidental en la última década. En parte, en gran medida por la globalización económica, política y cultural que ha desdibujado las identidades nacionales, regionales y locales, para homogeneizar las sociedades en una sola, adicta al consumo, la conectividad virtual y el placer efímero de las tendencias (algunas de menos de una semana).  

Es decir, ante la constante banalidad y trivialidad de lo cotidiano, lo que ha permeado en el discurso público es la confrontación, el alarde y el vituperio. No quiere decir que antes hubiera una mejor discusión, o que la actual, sea de mejor nivel, sino que la discusión se ha enardecido para apelar a las emociones más duraderas: el rencor, odio, o en su caso, la esperanza y el amor. Esa es la clave de las narrativas exitosas, no la tibieza de las posiciones ciudadanas, desprovistas de carácter ideológico y sin un llamado a la acción con un aspecto emocional.  

Correrse al centro para ganar más votos, es una tesis de consultoras que llevan campañas artificiales, de mucho aire y poco territorio. La gente quiere posicionamientos. Lo anterior, sin embargo, no parece entenderse en Puebla, ya que las campañas electorales no han encendido pasiones, provocado a los ciudadanos a tener discusiones, ni mucho menos a defender una agenda, sea de izquierda o derecha.  

La defensa de una agenda política es lo más polarizador que puede existir. La declaración de estar a favor o en contra del aborto, la eutanasia, la legalización de las drogas, la defensa del medio ambiente, el combate de la desigualdad, la abolición de los privilegios, etcétera, son temáticas potentes sobre las que pocos pueden dar una posición consistente.  

No se trata de pensar esta elección de 2024 en lo inmediato, sino en el mediano y largo plazo, se avecina una crisis de legitimidad de las instituciones, los partidos políticos y los medios tradicionales de comunicación, hay que entender los nuevos tiempos que se avecinan, cuando menos en estas temáticas: inteligencia artificial e innovación empresarial y pública; medio ambiente, igualdad sustantiva, combate de la desigualdad —o más bien combate a la concentración de la riqueza—, seguridad y paz; y consolidación de la democracia. 

La industria de las elecciones cada vez inspira menos, la tibieza de los políticos cada vez discute cosas de menor relevancia, mientras tanto, en el mundo se avecinan crisis climáticas, económicas, políticas y sociales, que no son tomadas en cuenta, pero que predominarán en el debate público en los siguientes años.  

Artículo anterior
Artículo siguiente

Notas relacionadas

Últimas noticias

spot_img