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jueves, noviembre 21, 2024

Candidatos Maruchan

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Los estudiosos contemporáneos de la Ciencia Política y particularmente de la teoría de la democracia han coincidido en algo: la política se ha convertido en una gran industria que ha dejado de emocionar a las personas y que cada vez es menos representativa. Lo anterior se debe en gran medida a que las campañas políticas se han reducido a campañas publicitarias y a estrategias engañosas para conseguir votos.  

En gran medida, el populismo (de izquierdas y derechas) ha tomado fuerza en todo el mundo. Lo cual no debe entenderse de manera equivocada, ni mucho menos prejuiciosa, un candidato polarizador, nacionalista y con fuerza discursiva puede ser más eficaz que un maniquí con bonitas pestañas y excelente dentadura.  

Es decir, si bien la dupla poder económico y poder político se han amalgamado en las democracias occidentales, no se expresa con los verdaderos artífices “amos y señores”, sino a través de gerentes. Por ello, el poder económico termina sometiendo al político y no a la inversa, la fórmula para combatir tan terrible mal, es apelando a las emociones populares y provocando grandes discusiones. Carisma, es cierto, más no artificial.  

En Puebla, el aspecto cosmopolita de la ciudad ha llevado a concluir que la ciudad es conservadora y que el votante es más proclive a inclinarse por un candidato maruchan, instantáneo, con muchas nueces, pero pocos sesos. Qué sea fotogénico y amable con los perritos, es un discurso más que hueco y parece salido de un manual para ganar candidaturas de alguna universidad patito.  

La política, la democracia y el sistema político mexicano están cambiando, la política va siendo y nunca es. Ese carácter dinámico nos obliga a repensar las formas de comunicar, pensar y entender al ciudadano, no basta con candidatos maruchan, instantáneos, sino, de candidatos con arraigo, conocimiento territorial, valores firmes e identidad política auténtica; es decir, un candidato genuino, respetable y carismático.  

Sobra decir que un gran ejemplo de estos atributos es el senador Alejandro Armenta, que con más de 30 años de experiencia política ha recorrido todo el estado, cuenta con un amplio capital social, respetabilidad pública y, sobre todo, con valores perfectamente cimentados, nadie puede decir que haya un interés económico sobre él, por ello, muy pronto será el “señor gobernador”.  

 

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En cualquier empresa, escuela, periódico o incluso hasta en un club de golf se cuida de las personas que ingresan a alguna institución, hay ingresos que resultan además de contradictorios, ofensivos para la propia institución, imagínese usted, por ejemplo, que en una escuela se permitiera que un impresentable fuese el educador de sus hijos. Impensable ¿no? 

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