Staff HL
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la población mexicana tiene una de las tasas más altas de obesidad. Se estima que este problema afecta a más del 75 por ciento de los adultos y al 35.6 por ciento de los menores de edad, lo que ubica al país en el primer lugar mundial en obesidad infantil y segundo en adultos, superado solo por Estados Unidos.
En este contexto, Daniel Limón Pérez de León, titular del Laboratorio de Neurofarmacología de la Facultad de Ciencias Químicas (FCQ) de la BUAP, junto con un equipo multidisciplinario de trabajo, se dio a la tarea de proponer un proyecto para estudiar los efectos del cannabidiol (CBD) en modelos animales que presentan afectaciones en la memoria y el aprendizaje, derivado de la obesidad genética o inducida.
Este proyecto grupal fue electo en la convocatoria Conahcyt, dentro de la categoría Ciencia de Frontera y está integrado por el doctor Daniel Limón, como líder; la doctora Isabel Martínez García, del cuerpo académico CA 157 de la Facultad de Ciencias Químicas; Berenice Silva Gómez y Aleidy Patricio, académicos de la Facultad de Ciencias Biológicas; el doctor Erick Escartín, de la UNAM; así como la estudiante del Doctorado en Ciencias Químicas, Dulce María Manuel Sánchez.
Al hablar de este proyecto, Daniel Limón explicó que el CBD es una sustancia química que se encuentra en la marihuana, pero que no contiene tetrahidrocannabinol (THC), el cual es el ingrediente psicoactivo que causa los problemas psicotrópicos de la planta, más bien el CBD tiene una gama de efectos protectores para diferentes patologías, de ahí el interés en su estudio.
“El CBD puede ser protector, con efecto antioxidativo, de disminución de apoptosis, que es el proceso de muerte celular, entre otros beneficios para padecimientos como Alzheimer, Parkinson, esclerosis y epilepsia; sin embargo, ahora buscamos conjuntar lo novedoso del estudio del cannabidiol, pero en relación con la obesidad”, indicó el investigador.
Mencionó que la obesidad causa diversas afectaciones, como hipertensión, incremento de glucosa, grasas, triglicéridos y disfunción de órganos, así como daños a nivel del sistema nervioso central, cardiaco y vascular, lo que deriva en neuroinflamación molecular o celular. Es decir, el cerebro del paciente con obesidad puede presentar inflamación, pero si ésta es muy intensa o continua, genera un evento tóxico al liberar sustancias proinflamatorias que provocan neurotoxicidad, apoptosis, estrés oxidativo y autofagia, entre otros.