Para este proceso electoral que se avecina en Puebla, por lo menos los dos bloques partidarios tienen definidos a sus dos precandidatos a la gubernatura. Sin embargo, los aspirantes para la capital poblana suman una buena lista por parte de Morena.
Mientras que “Fuerza y Corazón por México”, hasta el momento solo tiene uno, que es el diputado federal Mario Gerardo Riestra Piña.
Ahora bien, vale preguntar, ¿para qué buscan gobernar esta ciudad, que se ha vuelto muy compleja en todos sus sentidos y día a día crecen las demandas de servicios y atención?
Sin embargo, para los organismos partidarios, lo principal es ver quién les garantiza ganar, cuánto aportaran a sus campañas, el caudal de votos que generaran y todo lo demás que viene en el paquete político–electoral.
El proyecto de trabajo y los ciudadanos que habitan esta capital son lo de menos, esto dicen los políticos medio profesionales, vienen después. Lo fundamental es amarrar la candidatura con quien se deba, estar en la mesa de negociaciones y ser el elegido.
Mientras la ciudad puede esperar, al fin y al cabo, toda su problemática social, económica y política ahí seguirá. De poco servirá saber que: “toda ciudad se distingue de los centros rurales en, fundamentalmente, la presencia de actividades industriales, económicas y burocráticas distintas de lo agropecuario, de urbanizaciones en las que predominan edificaciones y sobre todo de los centros administrativos del poder político (como las capitales).
Tampoco les interesará conocer que las grandes metrópolis sustentables y modernas, garantizan una cobertura amplia de conexión a internet y gozan de una plena movilidad social, entre otras cosas más.
Lo que sí creo saber es que están informados que este municipio es el más poblado de los 217 que existen en el estado, con un millón 692 mil 181 habitantes, de acuerdo con los datos del último censo 2020.
Además, que tiene barrios emblemáticos y más de mil 500 colonias dispersas a lo largo y ancho de la ciudad, donde existen comités de vecinos y son medio escuchados, algunas con poblaciones indígenas que migran en busca de trabajo, otras con habitantes de otros estados y de municipios poblanos.
En sus 17 juntas auxiliares, varias aún mantienen hábitos y costumbres de sus pueblos originarios, en otras se alteró su tejido social por la presencia de la delincuencia y viven con altos grados de violencia social.
Entre otros datos buscados, en los limites municipales también existen de años atrás, diferentes parques industriales como: Ocotlán Industrial Park; Parque Industrial Bralemex y Parque industrial Puebla 2000.
De igual forma se pueden visualizar los indicadores de pobreza y carencias sociales, en esta capital, en 2020, 36 por ciento de la población se encontraba en situación de pobreza moderada y 5.42 por ciento en situación de pobreza extrema. La población vulnerable por carencias sociales alcanzó 21.8 por ciento, mientras que la población vulnerable por ingresos fue de 11.6 por ciento.
Las principales carencias sociales de Puebla en 2020 fueron por acceso a la seguridad social, carencia por acceso a los servicios de salud y carencia por acceso a la alimentación. El tema de salud pública es grave y una inmensa mayoría de mujeres que trabajan de manera informal carece de este derecho.
Y siguen existiendo un poco más de 680 mil 945 habitantes en la pobreza total.
Asimismo, se puede comentar que los salarios siguen siendo bajos y algunos sectores profesionales prefieren salir a otros estados en donde sus salarios mejoran. A pesar de tener una gran cantidad de universidades que forman cuadros capacitados.
La inseguridad ha ganado terreno y es la principal preocupación de los ciudadanos.
Por eso siguen manteniendo su desconfianza en la policía municipal y centran su apoyo en las fuerzas militares.
El robo sigue siendo el más común, le siguen las denuncias de fraude, amenazas y violencia familiar.
A lo anterior habrá que sumar de nuevos derechos sociales para mujeres y miembros de la diversidad sexual.
Por otra parte, el municipio fue uno de los primeros en donde funcionó el bipartidismo y la alternancia, gobernaron priistas y panistas, fue hasta 2018 cuando Morena irrumpió en el escenario electoral y ganó la presidencia municipal.
Actualmente, la administración está en manos de Acción Nacional.
Conclusión: Quienes pelean por ser los candidatos oficiales de las dos alianzas partidarias, saben que deben de rebasar los 318 mil votos que obtuvo Eduardo Rivera Pérez en la última elección, para poder ganar.
De una lista nominal de un millón 330 mil 676 ciudadanos, ninguno de los últimos ediles ha podido rebasar 50 por ciento de participación.
Son muchas las ganas y ambiciones de todos los que aspiran a poder ganar, pero sin duda alguna deberán conocer más de lo que significa y requiere en estos tiempos la ciudad.
Finalmente, se percibe entre los aspirantes de Morena un presunto debate sobre las definiciones de ser o no ser de izquierda. Me parece que el asunto no va por ahí, el fondo es como enfrentar los nuevos retos, como hacerla más segura, sustentable, habitable y justa para todos.