Mientras en Puebla y otros estados los petistas y los verdeecologistas se frotan la mano suponiendo que en automático tendrán candidaturas de alto relieve, como al Senado de la República y a alcaldías importantes, como la capital poblana, la realidad es que eso está todavía en el limbo, pues las definiciones dependerán de los acuerdos de coalición para los procesos federal y local concurrente, que firmarán con Morena.
En los dos casos, las posiciones que se entreguen a los militantes de esos partidos serán prácticamente generosas concesiones, pues el partido del presidente se basta, en casi todas las batallas, por sí solo para ganarlas.
El Partido Verde Ecologista de México (PVEM), pero más el Partido del Trabajo (PT), ha tenido una marginal aportación a las 18 contiendas en que han ido con el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) desde 2021.
De esas contiendas, han resultado ganadores, en alianza, en 15, lo que representa un “porcentaje de bateo de 83 por ciento”, destejó Mario Martín Delgado Carillo, el pasado 3 de noviembre, cuando como presidente de Morena firmó el acuerdo de coalición para la Ciudad de México, Jalisco, Tabasco y Yucatán.
El próximo 19 de noviembre, se firmará el acuerdo para el Proceso Electoral Federal 2023-2024, que incluye la postulación a la Presidencia de la República, diputaciones federales y senadurías.
Nada puede darse por hecho, de que en Puebla, por ejemplo, forzosamente la segunda fórmula al Senado se dará a un o una petista; tampoco se sabe a ciencia cierta, cuántos de los 16 distritos electorales federales de Puebla, se otorgarán al PT o al PVEM.
Luego, vendrá también el acuerdo estatal, que deberá estar listo antes del arranque de las precampañas, que tiene fecha 25 de diciembre, por lo que el PT no puede presumir que la capital poblana les “corresponderá”. Eso es más bien un anhelo que puede resultar una apuesta muy alta e inalcanzable.
Para darnos una idea, si es que de eso sirve, hay que sopesar cuánto han aportado a las victorias morenistas esos partidos. Las referencias inmediatas son los procesos de 2018, aunque ahí Morena fue solo con el PT y el ya desaparecido Partido Encuentro Social (PES), y 2021, cuando se incorporó a esa alianza el PVEM.
En 2018, el PT sumó a la victoria de Andrés Manuel López Obrador un marginal 6 por ciento, al aportar 3 millones 396 mil 805 votos en todo el país.
Sin embargo, para el proceso federal intermedio de 2021, la caída de su contribución fue severa, pues apenas llevó 3.25 por ciento, lo que representó un millón 594 mil 828 sufragios. Es decir, ya eran marginales y terminaron, los petistas, siendo irrelevantes.
En tanto, el Verde Ecologista, en 2021, en su primera participación en la coalición lopezobradorista llevó a esa causa 5.43 por ciento, equivalente a 2 millones 670 mil 997 votos.
¿Cuánto vales, cuánto pides?, debiera ser la vara con que Morena tiene que medir a esos partidos y a sus militantes.
Por supuesto, hay concesiones generosas y de eso dependen, sobre todo el PT.
Lo demás, son expectativas muy altas. Anhelos irreales.