| Álvaro Ramírez Velasco
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El Marqués, Querétaro.- Aquí es tierra hostil para Morena. En este estado, que por primera vez gobernó el Partido Acción Nacional (PAN) en 1997 y que tiene dos administraciones al hilo del blanquiazul, la presidenciable morenista, Claudia Sheinbaum Pardo, reiteró que en 2024 “vamos por la mayoría calificada en el Congreso de la Unión”.
La meta, dijo ante cientos de seguidores reunidos en un auditorio que resultó insuficiente para su asamblea —afuera se quedó el doble del aforo del que pudo ingresar— es evitar que regrese el pasado de corrupción y saqueo que encabezaron presidentes de los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional.
Claudia visitó por primera vez el sábado esta entidad como coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la Transformación.
Luego de su reunión con militantes y simpatizantes, la exjefa de Gobierno encabezó un nutrido panel con periodistas locales, en el que lo mismo aclaró inquietudes, respondió con contundencia y, particularmente, atajó con solvencia interrogantes con doble filo de reporteros de esta plaza considerada la más panista del país.
Una de sus respuestas de botepronto a una provocación, disfrazada de interrogante con jiribilla, llamó mucho la atención, porque luego de ahí bien pudo construir toda una idea central en su visita a Querétaro.
“Sobre Xóchil Gálvez, encuestas van, encuestas vienen… puedes estar arriba y luego abajo…”, lanzó un reportero.
“Nunca he estado abajo”, atajó con contundencia la presidenciable.
El reportero tuvo que reiniciar su alocución y, descompuesto, corrigió que se refería a fluctuaciones en las cifras. Fue inútil.
Efectivamente, Claudia Sheinbaum nunca estuvo abajo en las mediciones demoscópicas.
No ocurrió en la carrera interna por la Coordinación Nacional de Morena y tampoco ha ocurrido en los careos con la virtual candidata del Frente Amplio por México, Bertha Xóchilt Gálvez Ruiz, a quien le saca la morenista hasta 30 puntos de ventaja.
Vino entonces la reiteración de Sheinbaum: vamos por la mayoría calificada en las dos cámaras del Congreso de la Unión, para que siga la transformación.
Con autoridad, salió bien librada de un panel en tierra hostil, en que la acompañaron el presidente del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Mario Martín Delgado Carrillo, y el vocero de la presidenciable, José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña.
CONTRA EXPRESIDENTES
En el auditorio de Ciudad Joven, en el municipio de El Marqués, conurbado con la capital queretana, Sheinbaum volvió a congregar a cientos.
Con las restricciones del Instituto Nacional Electoral (INE), el acto debió llevarse a cabo en este espacio pequeño, pero cientos, tal vez más que el número de quienes lograron entrar, se quedó fuera.
Sheinbaum Pardo arribó por carretera desde San Luis Potosí, en donde el viernes retomó sus recorridos de la gira “La esperanza nos une”, luego de la suspensión de una semana, en solidaridad y para contribuir al acopio en favor de los damnificados de Otis, en el estado de Guerrero.
Aquí también encabezó la firma del Acuerdo Nacional por la Transformación, que incluyó académicos, sociedad civil, empresarios y artistas queretanos, entre quienes destacó la cantautora Emma Mayte Carballo Hernández, mejor conocida como Flor Amargo.
En su alocución, Claudia Sheinbaum encaminó la metralla retórica contra los expresidentes de la república que dejaron un legado de corrupción, inseguridad y pobreza.
Se refirió a las recientes declaraciones de los panistas Vicente Fox y Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, quienes dijeron que “está en riesgo la democracia” con la llegada de Sheinbaum y el refrendo de Morena en la Presidencia de la República.
También, la presidenciable se refirió a Ernesto Zedillo Ponce de León, quien cerró un largo periodo del priato hegemónico, quien criticó, como los anteriores, su ruta hacia Palacio Nacional.
“¿Qué le dejaron al país (los expresidentes)? Pobreza, desigualdad, deuda, y ahora (Felipe de Jesús) Calderón en el extranjero hablando de democracia, pero ¿con qué autoridad moral? Y ahora Zedillo nos viene hablar de que está en riesgo la democracia del país, y le contestamos, la democracia es el poder del pueblo…
“No vamos a permitir que regrese la corrupción, la antidemocracia, que regresen los fraudes electorales, por eso aquí está la democracia, aquí están las libertades, aquí está la defensa del pueblo de México y su bienestar…”, aseguró ante la militancia queretana.
En el encuentro, los militantes se sumaron al grito de “Transformación”, mientras la Coordinadora Nacional de la Defensa de la Transformación resaltó el cambio de modelo que hubo a partir de 2018, con la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador, que continuará luego de los comicios de 2024.