Ahora que supimos que la dirigencia estatal del Partido Verde Ecologista de México, encabezada por Jaime Natale Uranga, primo del cargamaletas de Marcelo Ebrard, Juan Carlos Natale López, andaba emberrinchada porque sus planes se fueron al caño con la drástica caída del excanciller y porque en Puebla se quedaron chiflando en la loma, una pregunta salió de manera natural: ¿Cuál es el peso de los verdes –sinónimo de falta de experiencia y no de medioambientalistas– en la entidad y por qué se han atrevido a pedir tantas concesiones en la mesa de negociación? El más reciente sondeo en vivienda de la empresa Enkoll -la encuestadora de cabecera de El País y El Universal–, efectuado entre 3 y 7 de octubre pasado, a mil 205 personas, mayores de 18 años con credencial de elector, reveló que dicho instituto político tiene una preferencia electoral bruta de ¡1 por ciento! Sí, leyó bien: 1 por ciento. El único partido que le gana en pena ajena es el PRD que no alcanza ni esa cifra entre las preferencias ciudadanas, lo que prácticamente lo convierte en un fantasma electoral. La fuerza de los verdes es similar -de acuerdo con dicho estudio, que tiene un margen de error del 2.83 por ciento y efectividad estimada en 95 por ciento- a la que registran Fuerza por México y Nueva Alianza que ya hicieron bloque con Morena para la elección de 2024. El partido guinda y sus aliados -incluido el Partido del Trabajo, que suma 3 por ciento- tiene un respaldo del 53 por ciento de los encuestados frente al 32 por ciento de la dupla PAN-PRI que formarán la alianza Fuerza por Puebla. El sol azteca, que también es considerado en esta última, tiene un valor de cero. ¿Qué aporta el Verde Ecologista a la coalición de Morena? Prácticamente nada y eso simplemente significa que ese partido se convirtió en un membrete que requiere de factores externos para ganar. En la pasada elección de 2021, por ejemplo, fue gracias al empuje que recibió por parte de Miguel Barbosa Huerta que los verdes lograron una diputación local y presidencias municipales. Lo consiguieron porque fue el espacio en donde se sembraron a los candidatos que la dirigencia estatal de Morena -en este tiempo secuestrada por los opositores al barbosismo– bloqueaba para imponer a los suyos. Como era de entenderse, hubo lugares en que el PT o el Verde ganaron simplemente porque eran los mejores cuadros impulsados por el epicentro de la 4T local. ¿Podrá Jaime Natale salvar la lamentable condición en que se encuentra su partido? Sí, pero fiel a su costumbre pedirá que todo se lo pongan en bandeja de plata. Son los nuevos juniors de la política aldeana.
viernes, noviembre 22, 2024
