La noche del 15 de septiembre, el primer cuadro de la ciudad se tiñó de colores patrios. La plancha del Zócalo se encontraba abarrotada de ciudadanos entusiastas que esperaban el repique de las campanas desde el balcón del Palacio Municipal y un discurso de un mandatario que más tarde llamaría a la unidad y a la libertad.
Los festejos del CCXIII aniversario de la Independencia de México fueron el motivo por el que cientos se congregaron con banderas tricolor y atuendos alusivos a la patria, pero lo que hizo el evento aún más especial fue el discurso del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien enfatizó sobre la visión de la Cuarta Transformación del país.
La noche caía sobre Puebla y las luces de los faroles que adornaban el Zócalo brillaban con un resplandor especial. La bandera mexicana ondeaba en el asta central para recordar a todos aquellos que lucharon por la libertad de México.
A medida que la hora del Grito se acercaba, la expectativa crecía entre los asistentes. La multitud, impaciente por escuchar las palabras de Céspedes Peregrina en su primer Grito de Independencia como titular del Poder Ejecutivo estatal.
Las manecillas del reloj marcaron las 11:00 horas del viernes, cuando el morenista llegó al Palacio Municipal, trajeado en corbata roja y acompañado de su esposa, Gabriela Bonilla Parada, presidenta del DIF estatal, quien vestía un atuendo negro con rosa mexicano.
El acto reunió a las principales figuras representativas y políticas en el estado: el presidente del Congreso local, Eduardo Castillo López; la presidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), María Belinda Aguilar Díaz; el fiscal General del Estado, Gilberto Higuera Bernal, así como los comandantes de la XXV Zona Militar y la VI Región Militar, Manuel Ramírez Martínez y Julio Álvarez Arellano, respectivamente.
En el balcón del Palacio, también llamado Charlie Hall, el alcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez se ubicó a la derecha del gobernador junto con su esposa, Liliana Ortiz, para saludar juntos al lábaro patrio.
A las 11:10 horas de la estrellada noche del pasado viernes, el gobernador Céspedes Peregrina hace su entrada en el Palacio Municipal, acompañado del Heroico Colegio Militar que le hace entrega de la bandera nacional, misma que minutos después ondeó con honor.
Es entonces que inició el acto oficial: Sergio Salomón toca las campanas en dos ocasiones y comienza el discurso solemne:
“¡Poblanas y poblanos, que vivan las mujeres y los hombres que nos dieron patria y libertad! ¡Viva Hidalgo!, ¡Viva Morelos, ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!, ¡Viva Leona Vicario!, ¡Viva Aldama! ¡Viva Allende!”.
La arenga continuó y el mandatario también hizo alusión al partido en el que milita como parte de la tradición de los partidos políticos en turno:
“¡Viva la cuatro veces Heroica Puebla de Zaragoza!, ¡Vivan las cuatro Transformaciones de México!, ¡Que viva una Puebla unida y sin distinciones!, ¡Viva México!, ¡Viva México!, ¡Viva México!”, exclamó Céspedes mientras la multitud respondió con un estruendoso “¡Viva!” que retumbó en todo el Zócalo.
El clímax del festejo ocurrió al grito de ¡Viva México!, mientras el gobernador ondea la bandera con el escudo del nopal, el águila y la serpiente. De pronto, fuegos artificiales iluminaron el cielo nocturno, mientras entre el público el fervor patriótico se desbordaba.
A las 11:18 horas, tras haber terminado su discurso del Grito de Independencia y mientras destellos de juegos pirotécnicos salían disparados, Salomón no dudó en mostrar su lado cómico, al lanzar un segundo grito: “¡Viva Pericos!”, en el contexto de su triunfo contra los Algodoneros de Unión Laguna.
De inmediato se coloca también una gorra blanca del equipo de beisbol local y al dar el anuncio, el público estalla en júbilo ante la primicia y algunos incluso se dan un abrazo para celebrar el campeonato.
Sergio Salomón debutó en los festejos del Grito de Independencia en la capital poblana y volverá a hacerlo una vez más en 2024, antes de que finalice su periodo en el gobierno del estado. Su participación en la celebración patria mandó un mensaje de unidad, al llevarse a cabo un solo acto en el Palacio municipal y no en dos espacios, como se había celebrado en los últimos años.
