Ha recorrido la presidenciable puntera Claudia Sheinbaum Pardo las 32 entidades del país.
Este lunes completará una vuelta completa a México y comenzará la segunda, todavía por delante con 35 días, de los 70 que se establecieron en las reglas de Morena, para que los aspirantes a la Coordinación Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación (4T) realicen asambleas.
El día 33 lo cumplió en Puebla, con 30 entidades recorridas en ese momento.
Luego de un foro nacional de transportistas, Sheinbaum Pardo atiende cinco entrevistas con medios poblanos. Desde su llegada al salón La Constancia del Centro de Convenciones está a su lado, como en el presídium del acto, su coordinador en Puebla y aspirante a la candidatura de Morena a la gubernatura, Julio Huerta.
Ha habido algún desorden en el contexto del acto, que se planteó privado, pero al que luego se invitó a los medios, pero en las entrevistas el tiempo transcurre milimétrico y con orden, para los turnos.
Julio charla con ella, mientras su enlace aquí en Puebla en materia de medios, Isaac Hernández, hace que las cosas fluyan ágiles y sin contratiempos.
Las entrevistas son prácticamente con viejos conocidos en Puebla de la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México. Otros, vienen en su referencia desde hace muchas décadas, desde los tiempos en que todavía había ecos del movimiento del Consejo Estudiantil Universitario (CEU).
Constantemente, las miradas de Julio y ella se cruzan, como lo hacen sus palabras para la confirmación de algún dato o de alguna referencia.
El exsecretario de Gobernación poblano toma distancia durante las charlas con periodistas. Elude cualquier intromisión y sólo contesta o participa cuando la presidenciable lo requiere.
Por momentos, pareciera que se comunican apenas con la mirada. Todo fluye en tiempo y cada comunicador respeta estrictamente los minutos acordados para su pieza.
Claudia y Julio están de buen humor en este sábado que recién empieza en su visita y que seguirá todavía por Cholula, para culminar en la plaza de Huejotzingo, con un acto masivo con mujeres. Al final, el cálculo será de 25 mil asistentes.
Algunas entrevistas versan sobre la coyuntura, la inmediatez y hasta sobre temas ligeros. Otras van hasta la referencia histórica y las expectativas sobre Puebla, que tendrá, con otros 8 estados, su proceso interno para definir la Coordinación estatal de la 4T, la antesala a la postulación a la gubernatura.
Claudia Sheinbaum bebe un té que lleva consigo entre dos entrevistas; le da sorbos pequeños. No hay con ella limitación de temas, ni preguntas pactadas ni asuntos vetados.
Va por la penúltima entrevista de las cinco contempladas. Lo hace de buen ánimo y sus respuestas son, como acostumbra, directas, sin dubitaciones y cortas. Eso permite ir a varios temas en poco tiempo.
Ha venido una pregunta sobre la unidad de Morena en el estado. La presidenciable ve “mucha”, pero suelta una frase que tiene valor lapidario para las cúpulas:
-¿Qué deben hacer los poblanos para mantener la unidad y la gubernatura? -es la interrogante.
-Yo veo aquí mucha unidad en el Movimiento (Regeneración Nacional), la verdad, mucha unidad, sobre todo abajo…
“Sobre todo abajo” tiene un matiz especial.
Luego, la pregunta es sobre las características que debe tener quien será el coordinador o coordinadora en Puebla: “honestidad, liderazgo, amor a su pueblo, conocimiento de su pueblo y mucha convicción”.
Se apagan las cámaras. Palabras más, palabras menos, con una ironía sueve dice al reportero: “ni modo que te diga de tal estatura, de esta complexión…”
Más sonrisas, abrazos y despedidas.