“Si son diseñadores y empresarios, ¿por qué no generan sus propios productos sin tener que ocupar como medio a las mujeres bordadoras y hacer negocio?
El concepto de comercio justo es un doble discurso”.
Tatiana B (Entrevista, EL POPULAR, DICIEMBRE 10, 2018).
DISEÑADOR:
–¿Alguna vez has diseñado textiles?
A ti que te encantan las “artesanías”:
Quizás, hayas tenido en mente aprender a bordar. O por lo menos la inquietud de conocer los aspectos culturales que existen en los diseños.
Los vectores sirven para diseñar. Incluso tipografías.
¿Qué diría Gutenberg si estuviese vivo y se enterase que existen páginas virtuales con cientos de tipografías reutilizables para todo tipo de publicidades?
Y qué diría Diderot si se enterase que las letras ya no se usan para leer y cultivar la mente, sino para vender. Entre menos texto mejor comprensión.
–La iconográfica textil inserta en lo que la mayoría de diseñadores, o empresarios llaman “ARTESANÍA”, tiene que ver con el tratamiento de los materiales, el uso de los colores, la técnica, las texturas. Indicadores geográficos y de posicionamiento político en la comunidad. Todo esto tiene que ver con la cosmovisión, características específicas, elementos históricos, información sobre la flora y fauna (más allá de la simbolización de una flor o un animal).
La biodiversidad en la zona se ve reflejada en la iconografía y también en detalles inscritos en cada parte de la indumentaria tradicional, por eso es tan importante que el textil sea valorado como Patrimonio Tangible e Intangible de la Humanidad.
No se necesita ser intelectual para saber cuántas lenguas existen en México, por lo menos en este país, gracias al levantamiento zapatista y otras luchas, tenemos varias Instituciones que registran y categorizan la diversidad lingüística.
Además, podemos encontrar leyes que defienden los derechos de los pueblos indígenas y las lenguas, basta con echar un vistazo al artículo 2° de la Constitución Mexicana.
Un textil indígena representa un nivel iconográfico más profundo que lo que se ve a simple vista, profundidad conceptual coordinada con la propia construcción interconectada de los símbolos.
Durante el año 2014 encontré cuatro patrones de diseño en las blusas de la Sierra Norte de Puebla, pero en mi primer libro analizamos la profundidad visual de una sola blusa.
Aunque te parezca extraño, y te encante innovar. El uso de los colores en los textiles indígenas es muy particular y contiene mensajes ocultos que se relacionan con los procesos históricos de mucho tiempo atrás. Incluso podríamos estar hablando de referentes cromáticos de más de 2500 años.
Se suele pensar que las culturas originarias debieran permanecer intactas para salvaguardarlas, sin embargo, varias de ellas se enfrentan a procesos de aculturación, sincretismo y transformación. Pero una transformación natural y no acelerada, como la que llevan a las comunidades los agentes culturales externos.
En principio, considero que el término “desarrollo” lo tenemos malversado, malinterpretado.
Se deben respetar las diferencias. Por ejemplo, en un Municipio de la Sierra Norte de Puebla, existe la presencia de totonacos, nahuas, hñahñus, huastecos y mestizos. Pero entre ellos, se conocen las diferencias culturas y lingüísticas bajo dinámicas de respeto. Muy diferente a las dinámicas sociales en zonas urbanas.
Lo que no me parece correcto es que se aceleren los procesos de contacto cultural y que se provoque despojo cultural o desplazamiento simbólico, epistémico. Sin embargo, este problema tiene que ver con conceptos más grandes como globalización y localización.
Debido a que dichos fenómenos entran de manera avasallante, tal como lo hace la globalización a una comunidad indígena, resulta preocupante, no que entren en sí, sino los modos agresivos y violentos.
No se trata de culpar totalmente a los diseñadores o empresarios.
Porque a lo que se reducen es a interactuar en su propio sistema económico.
Debemos tomar en cuenta que es una irresponsabilidad, el hecho de que no haya una visión más amplia sobre las situaciones que están trabajando, y que dichas intervenciones ya han sido consideras en muchos espacios culturales como plagio., así como; la confección con textiles indígenas y lo que ustedes llaman “comercio justo” es un modo de exploración.
La cuestión de las culturas dominantes que están entrando y trasgrediendo la iconografía de los pueblos indígenas es un problema que tiene muchos años en América y que en México en estos momentos está muy visibilizado, y ya se visibilizó en todo el mundo.
El plagio y la patente que sacan diseñadores para comercializar los tejidos de los pueblos indígenas es prácticamente la comercialización de la cultura. Ello viene acompañado del sistema económico en el que interactúan los diseñadores, pero en una comunidad indígena se vive un sistema de canje diferente, que va más allá de un cambio monetario, es una cuestión relacionada con el trueque, correspondencia y reciprocidad en el intercambio de productos.
–¿Cuáles son algunas de las consecuencias más graves a las que se enfrentan los pueblos frente a este modo de producción?
–Por ejemplo, se han sabido casos específicos en los cuales los diseñadores encargan mil bordados por mujer, en un lapso muy reducido de tiempo.
Están convirtiendo a una mujer indígena en una máquina, y además de eso, como es un pueblo indígena, lo que sucede es que se están perdiendo dinámicas básicas de la cultura, como ir a sembrar, cosechar, cuestiones de la vida cotidiana importantes. Por hacer los mil bordados, la mujer ha perdido la cosecha de café, no puede cuidar a los hijos, se mete en problemas con los integrantes de la familia y también se generan problemas de competencia entre ellas mismas como bordadoras.
Ante esto, se generan mecanismos de defensa desde la colectividad y lo que se hace es que se entrega un bordado en el que participan todas; ello da un mensaje importante, pero a la vez no tendría por qué suceder a estas magnitudes, sobre todo porque los diseñadores sacan un provecho de más del 500 por ciento del costo que invierten en un producto.
