22.3 C
Puebla
jueves, noviembre 21, 2024

Puebla Vintage

Más leídas

En lo que va del siglo, Puebla ha protagonizado con sus gobernadores, y en general con su clase política, múltiples escándalos, y desde la falta absoluta del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta lo peor del pasado político de Puebla ha asomado la cabeza. Desde entonces hay un tufo de humedad, mezclado con rancio y podrido en el ambiente de la política poblana.  

Lo ideal hubiera sido que, al llegar al poder, Morena hubiera impulsado a nuevos cuadros. No habló del trillado discurso del relevo generacional, sino de una renovación de la clase política. Sin embargo, no fue así, y los nuevos cuadros rápidamente mostraron sus flaquezas de carácter y fallaron a la confianza del presidente y del gobernador.  

Aunque con el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta hubo diversos pactos y una política de conciliación selectiva, su administración fue tajante, y nunca habíamos visto que un gobernador admitiera y persiguiera la corrupción dentro de su propio gobierno y ni se diga con los adversarios, con su muerte, muchos respiraron y no solo eso, sino que vieron una oportunidad de salir de las tinieblas. 

Es algo curioso, pues los personajes que se han asomado con la añoranza de volver a la vida pública del estado lo hacen como si nada hubiera pasado, pretendiendo integrarse en un gobierno que se considera de izquierda, mismo que es en gran medida el legado de diferentes luchadores sociales que en el pasado reciente, fueron, por decir lo menos, reprimidos por estos siniestros personajes. 

Este tufo a viejito rabo verde, es el que hay en torno a los exfuncionarios de Mario Marín, Rafael Moreno Valle, o como en el caso de Tony Gali y PP Chedraui amigos íntimos del dinero mal habido, la especulación inmobiliaria y la explotación laboral.  

En 2018, no hace un siglo, apoyaron en palabras (de otro viejito) Francisco Fraile: Un fraude electoral, y hoy, desvergonzadamente hasta alzan la mano para competir por un cargo público, sino por Morena, por otro partido, chiquito y rosado. 

Puebla anda muy vintage con sus políticos de la década de los 90s y de inicios del siglo XX rondando en los equipos de campaña de los interesados en la gubernatura, y que en otros casos, andan como hienas desnutridas tras las candidaturas de Morena y sus partidos aliados ¿Qué acuerdos inconfesables buscarán? ¿De qué manera justificaron su conversión al obradorismo? ¿Cómo combatirán la corrupción e impulsarán la continuidad de la 4T, aquellos que en el pasado reciente promovieron lo peor de los antivalores de la política mexicana?  

 

La Cicuta 

Desde que inició en forma el proceso interno de morena para elegir a la persona que encabezará la candidatura a la Presidencia de la República, se han desatado toda clase de comentarios misóginos en contra de Claudia Sheinbaum Pardo (CSH): la consentida, la favorita, la mujercita, son algunos de los adjetivos que se dicen en su contra. Pues bien, hay algo muy importante que logró en la Ciudad de México, la doctora, la exjefa, la corcholata, hasta ahora preferida por los mexicanos según lo demuestran las encuestas, reducir como nunca antes los niveles de criminalidad. En Sonora reflexionó al respecto que los gobiernos de los Estados deben hacerse cargo de los delitos del fuero común, “5 estados concentran el mayor número de homicidios a nivel nacional”. Un planteamiento semejante hace el gobierno de Puebla, esta semana, por ejemplo, fue una de las más violentas en el año en Puebla capital y el Ayuntamiento, prefiere hostigar estudiantes que combatir delincuentes.   

Notas relacionadas

Últimas noticias

spot_img