Morena, todo se acomoda

Los aspirantes a la gubernatura en Puebla tienen el camino prácticamente definido. La dirigente estatal, Olga Lucía Romero Garci-Crespo, y el aspirante presidencial Ricardo Monreal Ávila confirmaron la información difundida por el director genera de Hipócrita Lector, Mario Alberto Mejía, de que la convocatoria para los tiradores a las nueve gubernaturas en juego para 2024 saldrá una vez que se den a conocer los resultados de la encuesta para elegir coordinador Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación. Es más, adelantaron que habrá coordinador estatal —el eufemismo utilizado para ocultar la palabra candidato— para finales de diciembre y, como se sabe, en los tiempos de los políticos ese “fin de año” corresponde a noviembre y máximo la primera semana de diciembre. Este dato abona todavía más a la información dada a conocer por el quintacolumnista, lo que significa que octubre será el mes para que las corcholatas poblanas recorran la entidad y las mediciones se den a conocer en la semana siguientes. ¿Qué viene? Un proceso interesantísimo, porque también se sabe que la alcaldía de Puebla no entra en la ecuación para definir los premios de consolación de los aspirantes. Diputaciones federales y locales, más la fórmula de senadores es el camino a seguir. A eso habría que agregar la posibilidad de que los mejor posicionados tengan también espacios en el próximo gabinete estatal. Lo que es un hecho, más allá de la interrogante del género, es que la apuesta es la unidad y se impedirá cualquier ruptura. Nadie por fuera. El que la presidencia municipal capitalina no se encuentre entre los espacios para los aspirantes es una muestra inequívoca de que será un lugar que pasará inexorablemente por las manos del gobernador de Puebla, lo que hace aún más interesante la sucesión. La apuesta de Sergio Salomón Céspedes Peregrina de mantener el control de la sucesión con la estrategia de piso parejo para todos sacó a la luz su mejor perfil de estadista. Llegó en diciembre a Casa Aguayo y hoy nadie tiene duda de que es el jefe político del estado, que el tablero de ajedrez está de su lado y que cuenta con la venia presidencial para caminar conjuntamente en la construcción de la sucesión estatal. Se dice fácil, quisiéramos ver a alguien que lo haga de la forma tan pulcra y rápida como Sergio Salomón, quien —no sobra decirlo— tiene un presente y un futuro político muy brillante.