Los rayos del sol azotaron a más de 28 grados centígrados en la ciudad de Puebla esta tarde. En la zona de los fuertes —donde hace 161 años cientos de combatientes dieron su vida en la batalla contra el segundo imperio francés—, las principales figuras políticas federales y estatales se reunieron para celebrar una vez más el heroísmo de las tropas mexicanas.
Soldados marcharon en formación, mostrando su habilidad y entrenamiento, mientras que los vehículos militares transitaron con ímpetu. Los aviones sobrevolaban el centro de la ciudad, dejando un rastro de humo tricolor en el cielo.
El himno nacional y un popurrí mexicano marcaron el inicio del desfile cívico-militar del mausoleo Ignacio Zaragoza cerca de las 11:45 horas. Ahí se encontraban el gobernador Sergio Salomón Céspedes y el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, acompañado de sus principales “corcholatas”: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto.
Una bandera monumental de México era escoltada por las fuerzas armadas ante la mirada de las principales figuras políticas de Puebla y del país, en tanto que el Heroico Colegio Militar, el Ejército y la Escuela Militar de Artillería, eran los primeros en abrir el paso ante los cientos de espectadores.
A paso firme continuaron atrás en el contingente elementos de la Guardia Nacional, Enfermería Naval y XXV batallón militar, quienes fueron aplaudidos y vitoreados por decenas de familias que llegaron desde las primeras horas del día para apreciar el espectáculo conmemorativo.
Uno de los momentos más emocionantes del desfile fue la presentación de la caballería Ignacio Allende, con jinetes montando majestuosos caballos negros. La multitud aplaudía y gritaba emocionada mientras los jinetes pasaban, saludando con sus sombreros.
El Colegio del Aire se abre paso entre el contingente, integrantes de la Escuela Militar de Enfermería caminan metros atrás de ellos y los batallones fijo de Morelia y Veracruz, así como los tiradores de Toluca portan escopetas y mantienen su alineación sin ningún error a la vista.
Fusileros paracaidistas portan su característica boina roja en el desfile, mientras que los tanques blindados del Ejército Mexicano impresionan a más de uno.
Presentes estuvieron también batallones de las sierras norte y nororiental: los Zacapoaxtlas, Tetelenses y Xochiapulcas, representados con el carro alegórico Lengua Náhuatl, el cual ofrecía una llamativa vista a los espectadores instalados en las principales vialidades de la ciudad de Puebla.
Otros carros alegóricos que no se hicieron esperar: el llamado Lengua Otomí Tepehua y el del Centro Ceremonial Otomí Temoaya, ambos representando culturas de la población Otomí contemporánea.
Hablantes de las lenguas mixteca y popoloca también tuvieron espacio en el desfile del 5 de mayo con un carro alegórico, en el que un hombre montado en una superficie y con vestimenta folklórica saludaba a los asistentes.
Las escuelas y universidades fueron de las más esperadas en el desfile. Todos lucieron sus uniformes escolares y se observaba contingentes de primaria, secundaria, bachillerato y universidad, cada uno con su propia banda de música y abanderado. Los estudiantes marcharon con gran entusiasmo y alegría.
Docentes y estudiantes mostraron su fuerza en el desfile: el Benemérito Instituto Normal del Estado, el Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec (CENHCH), el Colegio de Bachilleres del Estado de Puebla (COBAEP), el Instituto Washington y hasta la banda de música Marching Band que presentó el Centro Escolar Rodolfo Sánchez Taboada participan con emoción.
Un carro alegórico sorprendió a los poblanos: el de la Intervención Francesa, donde se simulaba la batalla que se gestó hace 161 años en la ciudad de Puebla.
Los sindicatos portaron pancartas y carteles que llamaban a la unidad y la solidaridad entre los trabajadores. Se pudieron ver contingentes de diferentes sindicatos, desde los trabajadores de la construcción hasta los maestros.
