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jueves, noviembre 21, 2024

Sergio Salomón y la nueva era sindical

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Este primero de mayo sirvió para comprobar que el estilo del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina de apostar por la conciliación, tender puentes con todos los actores sociales, políticos y económicos, así como la búsqueda de soluciones conjuntas, ha provocado una marea de muestras de aprecio espontáneas y genuinas por parte de una clase trabajadora y dirigentes que lo reconocen como su líder estatal. Los obreros, maestros, académicos y asalariados en general que participaron en la parada cívica se arremolinaron en torno del mandatario estatal para tomarse selfies y saludarlo efusivamente, así como reconocerle su decisión de encabezar la marcha como muestra de que gobierno y trabajares van en alianza. En tanto, las cabezas de los organismos sindicales y empresariales dieron cuenta de que la participación del mandatario en la conmemoración de esta fecha es una muestra más de su compromiso para garantizar el progreso y desarrollo de la entidad; así como comprobar que la entidad transita en una relativa paz laboral y con una recuperación en las industrias y empresas, en la que el apoyo del gobernador ha sido fundamental. Estos dos casos permiten entender que, a diferencia de sus antecesores, Sergio Salomón está presente y supera por mucho al aplausómetro que otros mandatarios dijeron ganar. No se trata de una pose o un compromiso, sino de una auténtica muestra de su esencia política y humana. Es en momentos como este, cuando se hace evidente el liderazgo construido por el gobernador de Puebla. Su compromiso con la entidad, lo reconocieron empresarios y sindicatos, se refleja en la recuperación de las industrias y empresas, en la paz laboral que se vive en la región y en la aceptación que tiene entre la base obrera y la población en general. Enhorabuena para todos.

 

EL SECTARISMO PANISTA

La ultraderecha poblana y el Yunque han dado muestra estos días de hasta dónde son capaces de llegar para perseguir a quienes piensa diferente a ellos, a quienes osan debatir o exhibirlos públicamente en sus fracasos e ineptitudes, así como contra quienes creen que pueden romper con el establishment que impusieron desde que ganaron la elección del nuevo Comité Directivo Estatal. Todo esto redunda en una conclusión: Es más grande el sectarismo que su oficio político. Se les olvidó que si recuperaron a su partido se debió a dos cosas: compraron con muy buenos fajos de billetes a personas claves de su opositora Genoveva Huerta Villegas, además de utilizar la estructura gubernamental para financiar todo. Así pues, su triunfo apesta a corrupción y está muy lejos de ser un acto democrático. A pesar de todo eso, tuvieron la oportunidad de distender la pugna al interior del panismo, pero lo único que hicieron fue radicalizar más las posturas. Todo estos, por si fuera poco, está aderezado por una grave falla para cualquier equipo político: incumplir acuerdos. Por eso no se equivoca, la diputada federal Huerta Villegas en denunciar que existe una persecución política en su contra por parte de la dirigencia de su partido. Lo que asoma es un vil acto de la Asamblea Permanente por inhabilitarla de cualquier participación en la elección de 2024 a la que aspira a la gubernatura. Antes lo hicieron con Eduardo Alcántara Montiel, o acaso usted cree que sea explicable cómo es que su denuncia por violencia política de género se tramitó con una rapidez inusitada cuando lo común es que los órganos electorales dictamen después de años. No hay nada nuevo en esta praxis. Para nadie es desconocido el sectarismo de la ultraderecha -en eso se parecen mucho a la izquierda trasnochada-, pero lo que sí sorprende es que en pleno 2023 siga creyendo que la Santa Inquisición es el mejor tribunal para resolver controversias.

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