Tras seis años de estar alejada de su hijo a instancias de su padre y sufrir de violencia vicaria, Andrea Lezama Bonilla logró recuperar de manera definitiva la guardia custodia de su hijo en Puebla.
La reforma aprobada en julio del año pasado en el Congreso del Estado ha dado sus primeros frutos, pues la madre y activista en favor de las más de 50 mujeres que han sufrido violencia vicaria —según los datos de las colectivas— fue la primera en conseguir un fallo favorable de un juzgado.
En su resolución, la jueza María Rosalba Pantoja Vázquez, determinó que la parte actora probó su acción, mientras que la parte demandada no compareció al juicio privilegiado de guardia y custodia.
“Se decreta y confirma a favor del señor Andrea Lezama Bonilla la guardia y custodia definitiva del infante de identidad reservada con nombre en siglas H.M.S.L, atendiendo a los razonamientos lógicos y jurídicos precisados del considerado VI de la presente resolución; quedando obligado a comunicar a este Juzgado cualquier cambio de domicilio en que se desarrolla la Guarda y Custodia”, se establece en la sentencia.
Las colectivas Cam Cai y Madres Exigiendo Justicia Contra la Violencia Vicaria dieron a conocer que el 17 de abril, Andrea Lezama obtuvo justicia, ya que las autoridades correspondientes determinaron que ahora ella tiene la patria potestad en su totalidad, así como los derechos y obligaciones como madre.
“Agradecemos y reconocemos a la magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Margarita Gayosso Ponce, y a la jueza del Poder Judicial del estado de Puebla, María Rosalba Pantoja Vázquez, por su labor en beneficio del interés superior del menor, protección a las infancias y por juzgar con perspectiva de género. Gracias por su apoyo a nuestras aliadas y aliados en la lucha contra la Violencia Vicaria”, manifestaron.
El caso de Andrea Lezama ha sido uno de los más icónicos y emblemáticos para ejemplificar la violencia vicaria en Puebla, pues hace 2 mil 335 días fue separada de su hijo por su expareja Ricardo N.
Andrea y Ricardo eran pareja y tuvieron un hijo hace ocho años, pero pese a ello él nunca dejó su actitud machista contra su pareja sentimental, a quien le negó en reiteradas ocasiones continuar con sus estudios de licenciatura y la forzó a solo dedicarse al cuidado del hogar.
Tras años de sufrir los abusos de Ricardo, Andrea decidió separarse de él, pero por el bien de su hijo ambos decidieron mantener contacto y acordar de palabra visitas de convivencia para que él no creciera alejado de su figura paterna.
El abuso de Ricardo sobre Andrea comenzaba a tomar la forma de la violencia vicaria, pues ya no solo se trataba de la violencia física y verbal que había sufrido cuando eran pareja, también era víctima de violencia económica y patrimonial las que ejercía en contra de ella, pues la mantuvo alejada de su hijo menor de edad, el cual desconocía que había sido alejado por la fuerza de su madre y no que había sido abandonado, como su padre le dijo mucho tiempo.
A finales del año pasado, con la reforma para reconocer la violencia vicaria ya en Puebla, la Fiscalía General de Baja California Sur detuvo a Ricardo N. con la ayuda de la Fiscalía de Puebla y procedió a devolver al menor de edad con su madre, aunque el proceso no fue inmediato.
Aunque las autoridades detuvieron a Ricardo N., el Sistema Estatal DIF de dicho estado mantuvo unas semanas al hijo de Andrea, pues al parecer también había sido víctima de violencia familiar, además de que Fabiola Romero, la agente del Ministerio Público encargada del caso, intentó presionar a Andrea para que otorgara el perdón a su expareja y que no cumpliera 14 años de cárcel.
No obstante, en febrero de este año, la jueza determinó que Ricardo N, seguiría en la cárcel por el delito de sustracción de menor y violencia familiar con agravante en violencia vicaria, a pesar de que solicitó una suspensión condicional al proceso, mientras que Andrea pudo ponerle fin a su espera de 2 mil 335 días para volver a tener entre sus brazos a su hijo.