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viernes, noviembre 22, 2024

“No teman, ya llegamos”

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De no ser porque fue real, la llegada del diario El Popular sería el mejor ejemplo de lo simplón, ingenuo y absurdo que puede resultar para algunos hacer periodismo. Eran los tiempos en que el PRI estaba a punto de perder el poder en 80 años. La marea opositora construida por Rafael Moreno Valle tomaba fuerza. El marinismo estaba en las últimas. Javier López Zavala seguía pensando que Puebla lo quería. Y, en las calles de la capital poblana, comenzó a circular a partir de mayo de 2010 una publicidad que parecía slogan del Chapulín Colorado. “No se preocupen, ya llegamos”, era una de las tantas frases que eran utilizadas para anunciar el inicio de la circulación de El Popular (hasta hace unos años todavía se podía observar el cartel, colgado en una de las paredes del medio). Como se supo rápidamente nadie en Puebla se preocupó de nada y el periódico que nacía no haría nada en sus próximos 12 años. Contrario a lo que sus directivos esperaban, la marca del medio no fueron sus investigaciones audaces, las buenas plumas y menos el periodismo de calidad. Todo eso fue suplido por una pésima imagen como consecuencia de la alta rotación de la redacción, desde directores hasta personal de limpieza, pasando por reporteros, fotógrafos, diseñadores, vendedores de publicidad, rotativistas, entre otros más. La causa era el terrorismo laboral, una dirección general llevada con ocurrencias y pastelazos, una línea de editorial que no decía nada, impactaba menos y, al final, terminó siendo un bodrio sin sentido. Es triste ver a un medio de comunicación que nace muerto. (Hay varias hipótesis de por qué, pese a su insolvencia periodística, moral y financiera, dicho medio no ha cerrado las cortinas). Ahora, este medio ha dado nuevamente de qué hablar -hace no mucho mataron al defenestradosecretario de Educación Pública estatal, Melitón Lozano Pérez– debido a que ya no saben de qué culpar a Verónica Vélez Macuil, quien hasta hace unas semanas fungía como coordinadora general de Comunicación y Agenda Digital y era el puching bag en El Popular, que se encargaba de culparla de todo. Su directora Carolina Fernández Galindo no tuvo empacho en promocionar y abrir espacio a cuanto ataque se hiciera de la funcionaria. Y ahora que Vero dejó esa oficina para irse como directora del Sistema Estatal de Telecomunicaciones, la arremetida no cesa. Fue por eso que Vélez Macuil decidió hacerle frente a la directora -que ni es periodista ni ha escrito nada que valga la pena recordar, eso si es que ha escrito algo-. Como era de esperarse, no faltó quien denunciara violencia política de género y que hay extralimitaciones. La pregunta es: ¿Y la violencia política de género que cometieron contra Verónica Vélez no existe? En fin, así las cosas en la aldea en la que pululan los huarachito venceremos, estilo Gómez Bolaños.

 

TESLA Y LA NARRATIVA

Aunque la multimillonaria inversión del magnate Elon Musk para su nueva planta de Tesla en México se quedará en la zona metropolitana de Monterrey, Nuevo León, no debe entenderse esa situación como un fracaso para Puebla ni para la decena de entidades que peleaban por el arribo del complejo tecnológico. El gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina y la secretaria de Economía estatal, Olivia Salomón, actuaron magistralmente al alzar la mano y ubicar a Puebla con todas sus fortalezas en el debate internacional generado. Eso permitirá despertar el interés de los inversionistas y hacerlos voltear a ver las extraordinarias condiciones que tiene la entidad poblana para esa y otras industrias. Al final, la inteligencia del presidente Andrés Manuel López Obrador terminó por imponerse. ¿Lo duda? Revise nada más cómo en unos días, un proyecto que el gobernador de Nuevo León, Samuel García, presumía como suyo le fue arrebatado y ahora la mayoría de los ciudadanos cree que Tesla está en México gracias a los buenos oficios del mandatario. ¡Vaya forma de robar bases y meterse hasta el home!

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