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jueves, noviembre 21, 2024

En el espejo de Paty Chapoy

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Los días en los que se podía discriminar impunemente en la televisión han llegado a su fin.  

O por lo menos tienen un descanso.  

Patricia Chapoy, la iconografía andante de los comentarios cizañosos, morbosos y chismosos de Ventaneando, encontró su tope con la Conavim. 

La señora Chapoy de manera sistemática denostó a la cantante Yuridia por su apariencia física. 

La llamó en repetidas veces “gorda”. O aludió a este calificativo para disminuir su trabajo artístico.  

Transformó el peso y apariencia física de la cantante en un comentario recurrente, y lo transformó en un “objeto de análisis y de crítica” para su programa de televisión. 

Además, la conductora de televisión incurrió en prácticas que hostigaron a la familia de Yuridia, especialmente a los hermanos menores de la cantante, a quienes sus reporteros entrevistaron, sin el consentimiento de algún adulto.  

En redes sociales, usuarios denominaron “basura televisiva” a los programas de la llamada Televisión de Espectáculos, que en realidad se concentra en descalificar y denostar a actrices, actores y cantantes emitiendo opiniones (descalificaciones) carentes de un interés social, o de un interés público.  

“Jamás lo hice con la intención de que ella se ofendiera”, se disculpó la conductora, Patricia Chapoy en la tarde de este lunes y prometió poner más atención en el lenguaje que ocupa.  

Sin embargo, no se trata únicamente de los motivos que tuviera Chapoy o que no tuviera.  

A final de cuentas, muchos medios de comunicación promueven imágenes estereotipadas que reducen la diversidad de las mujeres y que discriminan a las mujeres por su condición de género.  

La Conavim emitió un comunicado resaltando la conducta discriminadora de la conductora Chapoy.  

La conducta sistemática de Chapoy además de discriminadora es generadora de violencia, tal y como lo reconoció la Conavim.  

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“Las mujeres no tienen que tener un solo tipo de cuerpo” es el mensaje en Instagram de la cuenta @womensonfire 

La cantante Rihanna apareció durante el medio tiempo del Super Bowl. Los comentarios de los televidentes fueron en torno a su cuerpo. 

La cantante Rihanna no se presentó como una cantante con poca ropa o que explotara una imagen sexualizada.  

Por el contrario, Rihanna se presentó embarazada, y vestida en una indumentaria que le cubría todo el cuerpo.  

La cuenta de @womensonfire en Instagram posteó un video de Rihanna con el siguiente mensaje.  

“Volvió a recordarle al mundo que una mujer embarazada puede con todo”. 

La producción y el montaje del espectáculo de medio tiempo del superbowl fueron impecables.  

Como una gran diva, Rihanna se presentó en el superbowl. 

Mientras en algunas empresas quieren despedir a las mujeres embarazadas o evitan contratar a mujeres embarazadas, para la industria del entretenimiento en Estados Unidos, demostrando nuevamente el talento musical de Rihanna. 

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Estas dos muestras de la escena del espectáculo presentan cómo la comunicación del espectáculo no es solamente “entretenimiento” neutral y despolitizado, el espectáculo también comunica.  

Y comunica mucho.  

En el superbowl se promueven imágenes de mujeres empoderadas, que no están determinadas por su apariencia física sino por su talento.  

En México, en la cadena de Televisión Azteca se promueven estereotipos de mujeres, se reducen las imágenes de mujeres a clichés y desde programas como ventaneando se promueve una sola imagen de mujer.  

Tal y como lo hace, desde hace varios años, Patricia Chapoy.  

No se trata solamente de no ver determinados productos televisivos, sino de que la comunicación no incurra en estigmatizaciones o procedimientos discursivos como los que señala Conavim.  

La CONAVIM pidió a los medios de comunicación “combatir todo tipo de violencias contra las mujeres a través de contenidos que dignifiquen la imagen de las mujeres atendiendo a la diversidad e interculturalidad del país”. 

Entre las distintas reformas pendientes para el país está la reforma a leyes de medios que contribuyan a modelos plurales, diversos y no discriminatorios en la comunicación.  

La violencia digital y mediática posee múltiples rostros. 

Lo mismo sucede en el espacio público. 

Cuando mujeres participan en la vida política, las descalificaciones aparecen en torno a su apariencia física o su vida sentimental, en lugar de que sean evaluadas las acciones públicas o propias de su actividad profesional, pública, política o educativa.  

Se mantienen los clichés para evaluar a una persona por el horizonte de las emociones que por el sentido de sus acciones. 

Y se excluyen o eliminan voces por condiciones de género en el espacio público.  

El nivel de tolerancia de una sociedad puede medirse en estas acciones.  

Ojalá, Chapoy comprenda el comunicado de Conavim. 

Y todas las Chapoys y Chapoys comprendan/mos que los medios sí forman opinión y que esta opinión también debe atender a la diversidad y a la pluralidad del país. Y que los medios requieren abandonar cualquier prácticas o prácticas que generen discriminación, produzcan clichés o fomenten miradas reduccionistas de la vida humana.   

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