¿Qué ven los dirigentes estatales del PRI, del PAN, del PRD, de Morena, de Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza, Verde y hasta del PSI en Fuerza por México que, abierta o secretamente, conjuran para echar abajo su registro como partido político estatal? La respuesta más inmediata son las prerrogativas. Un partido más provocaría un ajuste a la baja para todos que, de por sí, ya sufren de finanzas alicaídas. La otra y creemos la más importante radica en la capacidad de dicho partido para cachar a todos aquellos personajes que desde ahora no ven más futuro en sus partidos o que saben serán sacrificados por un interés que no es el suyo. Pese a que Morena cuenta con una ventaja holgada con miras a 2024, los sondeos demuestran que conforme pasan las semanas crece el número de indecisos, lo que deriva en dos escenarios: cierra la ventaja de un partido, en este caso Morena, o reduce competitividad a los institutos aglutinados en la alianza Sí por Puebla, que todavía no existe formalmente ni está en la agenda de las dirigencias nacionales. Un jugador adicional en este tablero solo causa más problemas y ni siquiera es garantía de nada, ya que la variabilidad de los escenarios y coyunturas han provocado una incertidumbre permanente. A codazos, Fuerza por México se abrió espacio en la entidad y eso no les gustó a los jugadores que ya se habían repartido el pastel. Y tienen razón, entre más competidores más pulverización de los votos.
EL YUNQUE, OTRA VEZ
Un reportaje muy interesante publicado en el diario El País, develó la continuidad de la Organización Nacional del Yunque en México, así como su empecinamiento por intentar imponer sus retrógradas ideas de familia nuclear, antiaborto y la discriminación por orientación sexual. Lo interesante, sin embargo, es que la cofradía sigue en su plan de forjar a guerreros de Dios en la tierra, por lo que lo mismo les enseñan combate cuerpo a cuerpo, a usar armamento y técnicas de espionaje. Sin duda que El Yunque se encuentra en una etapa de transición luego de que pensaron que el poder era suyo en 2000 y 2006, pero en realidad no consiguieron lo que querían. (Una cosa es transar con alguien que es igual de transa que tú, que transar tú solito). Bien hacía el exgobernador Miguel Barbosa Huerta cuando retaba a los santones de la ultraderecha a revelar su militancia en esa organización confesional y dejar de operar en la sombras. Hoy, en diferentes áreas de la vida social en Puebla, podemos ver la mano de esa nefasta agrupación que, entre otras cosas, nunca ha querido aceptar el asesinato de su propio fundador porque ya estorbaba.