En medio de la puesta en marcha de la estrategia por conseguir la candidatura a la gubernatura, la mano derecha del edil Eduardo Rivera Pérez, el secretario de Administración municipal, Bernardo Arrubarrena García, dejó el puesto abandonado porque sus prioridades están en otra cosa. Por ejemplo, pedir su mano en casamiento a su novia Maru Verdín. Hace unos días, nos enteramos a través de las redes sociales de la pareja del funcionario ligado a la ultraderecha poblana, de la tragedia que vivía la parejita porque se encontraban varados en un aeropuerto luego de que su viaje al extranjero había sido reprogramado. Entre los encargados de darle difusión al video, uno de ellos aseguró que el junior de la derecha estaba por irse de vacaciones a Vail, Colorado, un sitio en Estados Unidos que se convirtió en el destino exclusivo para esquiadores y gente con altos ingresos económicos. Un lugar, por cierto, muy visitado por poblanos que están siendo investigados por su paso en la administración pública. Pero la realidad es que el enamoradizo Bernardo se encuentra en Europa porque pretende aprovechar el escenario amoroso de las ciudades del viejo continente para pedirle matrimonio a su pareja, quien este viernes cumple años. Y ya sabe lo que todo eso implica: hoteles de lujo, restaurantes exquisitos y el glamour que ofrece Europa. Esa es la auténtica razón de su escapada y dejar el cargo colgado en el perchero. El asunto va más allá de un tema personal, ya que el secretario de Administración municipal se ha encargado de usar su influencia para impulsar la carrera de su novia. Los empleados municipales recuerdan, por ejemplo, que tuvieron que aguantar a regañadientes el espectáculo que Maru Verdín ofreció como animadora de la cena de fin de año del Ayuntamiento de Puebla. El mismo funcionario también ha tocado puertas —aprovechando su jugosa cartera de dinero municipal— para que le abran las puertas a Maru y su carrera tome el vuelo que no ha tenido. En medio de toda esta frivolidad, que es la marca de la casa del proyecto de Eduardo Rivera Pérez, existe una incongruencia mayúscula. ¿Cómo puede el munícipe acudir a las colonias populares y marginadas a pedirles que lo apoyen en su proyecto político, mientras sus subordinados se dan la extraordinary life de juniors incontenibles? Bernardo Arrubarrena puede hacer con su vida privada lo que plazca, pero mientras sea funcionario público está en el ojo de todos, máxime cuando su responsabilidad es dar sentido y coherencia a la maquinaria burocrática del Ayuntamiento de la ciudad más importante del estado. El funcionario, de hecho, se da el lujo de tomarse unas vacaciones pese a que en la Comisión de Hacienda y Patrimonio Municipal del Cabildo de Puebla las cuentas sobre los manejos financieros de su dependencia no cuadran. ¿Cómo estarán las cosas al interior de la Comuna que hasta los panistas Carlos Montiel Solana y Ana María Jiménez Alonso se sumaron a la demanda para que compareciera ante los regidores para explicar esa situación? Así pues, estamos ante un caso en el que Eduardo Rivera debería dar de baja a su empleado no por las denuncias de manejos irregularidades y hacer negocios a costa del erario, sino porque un tonto con iniciativa es una bomba nuclear andante para cualquier proyecto político.
ANTORCHA, CARTUCHO QUEMADO
A la organización Antorcha Campesina terminó siendo víctima de su propio juego y jugó a Pedro y El Lobo. ¿Alguien le tiene miedo a esa agrupación en la actualidad? Sí, aquellos que son víctimas de su maltrato, quienes están en sus garras por su condición de pobreza, los que no tienen otra opción más que recurrir a sus dirigentes para adquirir un lote para su vivienda en una zona irregular. En términos políticos, la 4T exhibió a la agrupación en su verdadera condición: Un grupo de pseudo líderes sociales que actúan más como el crimen organizado, con estructura de un cártel y que han hecho del lucro de la pobreza y el chantaje político su modus vivendi. La agrupación esta semana en Puebla amagó con una marcha contra el Programa de Verificación Vehicular. Amenazaron con hacer sentir la fuerza del movimiento Antorchista. Al final, según sus cuentas, participaron “cinco mil antorchistas, organizaciones aliadas y ciudadanos poblanos”. En la última marcha efectuada en Puebla por el exgobernador Miguel Barbosa Huerta en defensa de la 4T y el presidente Andrés Manuel López Obrador asistieron más de 100 mil personas. En tanto, a la movilización en la Ciudad de México, bautizada como la Marcha del Millón, acudieron unos 25 mil poblanos. Si se trata de números, la pírrica convocatoria Antorchista dejó ver su verdadera fuerza. Si se trata de mensajes de poder, entonces, Ovidio Celis Córdova —el hijo de los caciques Juan Celis Aguirre y Soraya Córdova Morán—, autoproclamado líder del Movimiento Antorchista en el Transporte, simplemente demostró que no puede ni juntar a su club de amiguitos riquillos, los mismos con los que jugaba en la niñez mientras sus padres amasaban fortunas a costa de los más pobres y jodidos. Si se trata de demostrar músculo, Antorcha Campesina es el cartucho quemado que pretende espantar con el petate del muerto. Y si a todo eso se le suman las carpetas de investigación que existen contra los líderes antorchistas por tener dinero supuestamente adquirido de manera ilegal, de acuerdo con la Unidad de Inteligencia Financiera, se podrá entender que el antorchismo está en su franco declive. Ya se habían dilatado. Si el neoliberalismo está en extinción, el Movimiento Antorchista, hijo bastardo del salinismo (y lo que implica la corrupción, privilegios, clientelismo y delincuencia organizada), no tendría porqué tener.
¡AY, LUPITA!
Tremendo papelón que hizo la diputada local Guadalupe Leal Rodríguez al pretender confrontar a la secretaria de Medio Ambiente, Beatriz Manrique Guevara, durante su comparecencia ante el Congreso de Puebla como parte de la Glosa del Cuarto Informe de Labores del Gobierno del Estado. La panista quiso increpar a la titular de la secretaría sobre la tarifa de la verificación vehicular, la falta de acciones para combatir la contaminación de los ríos Atoyac y Alseseca, así como la clausura y retiro de anuncios espectaculares. Según la panista, era necesaria una explicación porque a ella, las cifras no le cuadraban. La funcionaria, ecuánime, respondió a cada uno de los cuestionamientos. Por ejemplo, explicó que la tarifa de 628 pesos se ubica en el cuarto sitio de los estados que conforman la Comisión Ambiental de la Megalópolis, por debajo de Tlaxcala, Ciudad de México y Estado de México, y que lo recaudado se utiliza para la mejora de los centros y que tengan equipos de primera calidad y con vigilancia permanente. Sobre los ríos Atoyac y Alseseca, Beatriz Manrique reconoció que de acuerdo con estudios que tienen, el río Alseseca –que confluye en la presa de Valsequillo– tiene niveles de contaminación “de miedo” y por más que se quiera intervenir, la secretaría solo tiene la facultad para hacer clausuras de descargas de las empresas contaminantes, pero no para hacer obras de infraestructura, solo puede coordinador en los trabajos de organismos del subsector hídrico federal y estatal. En cuanto a los anuncios espectaculares, la funcionaria se comprometió a entregar un informe sobre las clausuras y colocación de sellos de anuncios publicitarios durante el último año por parte de la dirección encargada, ya que se encuentran en un proceso de entrega-recepción ya que el anterior director fue removido por presuntas irregularidades en su gestión. Con toda esa información ofrecida, Lupita Leal —quien es muy conocida por sus continuos arranques— se dio a la tarea de que se difundiera un comunicado en el que decía que no estaba de acuerdo con la explicación de Beatriz Manrique. En otras palabras, no está en busca de reflectores. Por favor, qué alguien le avise que para elevar la discusión se necesita calidad moral.