Cuando la mañana de este miércoles llegó, las calles del Centro Histórico de Puebla se inundaron de color negro, las paredes hicieron eco con los gritos de ¡Gobernador!, y el bullicio de aplausos y sirenas de patrullas se escuchaba a kilómetros de distancia. Era el cuerpo de Miguel Barbosa Huerta trasladado por el cortejo fúnebre a las sedes de los tres Poderes del estado.
Sobre la calle 5 Oriente, en la sede del Palacio de Justicia, llegó poco después de las 10:00 horas un convoy de patrullas de la policía estatal para abrir paso al contingente de familiares, amigos y políticos que dieron el último adiós al mandatario poblano, el primero de izquierda en la entidad.
Un moño gigante colgaba del edificio del Tribunal Superior de Justicia, mientras a marcha lenta personal de la agencia funeraria bajaba de la carroza fúnebre el ataúd del gobernador acaecido este miércoles en la Ciudad de México por causas naturales.
Un grupo de 11 guardias de cuerpo presente fueron dedicadas al gobernador oriundo de Tehuacán por parte de magistrados y jueces del Tribunal Superior de Justicia, mientras al frente se encontraban las personas más importantes para el titular del Ejecutivo: su esposa, Rosario Orozco Caballero, y sus dos hijos, Rosario y Miguel.
Al exterior del recinto, decenas de personas buscaban despedirse del mandatario poblano. Incluso, un hombre de la tercera edad libró el cerco de seguridad que fue dispuesto en el lugar con la intención de entregar unas flores al ataúd que transportaba el cuerpo.
El encargado de dar las palabras de despedida fue el magistrado Joel Sánchez Roldán, quien destacó la calidad humana de Barbosa Huerta y el ejemplo que dejó en el servicio público, además de que recordó su gran afecto a su familia.
“Una de sus frases que mostró la actitud que el gobernador siempre tuvo en la visión frontal por la defensa de sus convicciones fue la de: ‘yo no me canso, yo no me rajo, yo no me abro hasta donde tope y hasta lo que tope’, frase coloquial que cumplió a cabalidad hasta el último momento de su servicio público, siempre dio lo mejor de sí”, expresó.
Recordó además su larga trayectoria política en el ámbito público y privado: fue fundador de su propia firma de abogados en Tehuacán, fue reconocido como presidente del PRD, como consejero nacional, como diputado y senador por más de 30 años.
“Una persona noble, sencilla, con la eterna disposición de ayudar a quien lo necesitara”, fueron otras palabras que utilizó el magistrado para describir la labor del gobernador Miguel Barbosa en Puebla.
También se pronunció a favor de seguir el ejemplo del mandatario como servidores públicos, debido a que fue “un gran guerrero” con un espíritu indomable.
“Sé que no hay palabras que remedien la pena que implica la pérdida de un ser querido que tuve la oportunidad de conocer, como otros compañeros de esta institución”, dijo.
El lugar fue decorado con coronas de flores y una fotografía del gobernador a un par de metros de donde yacía su cuerpo dentro del ataúd.
Los primeros en montar guardia de honor fueron la presidenta del Tribunal Superior de Justicia, Margarita Gayosso Ponce y Carlos Palafox Mendoza, para luego recibir réplica de otros jueces y magistrados.
Minutos antes de terminar la ceremonia póstuma, diputados locales y otros rostros de la política de la entidad se dirigieron hacia Casa Aguayo, donde esperaron la llegada del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador para dar su mensaje.